Pero, ¿Por qué hay que cultivar el amor a nuestra tierra? Hay que conocerla mejor, hay cultivar lo bello, el amor hacia nuestro país, Venezuela lo tiene todo, un sol inigualable, playas exquisitas, islas de aguas cristalinas, los roques, morrocoy, margarita, mochima, choroni, maya, adicora, villa marina, nelma, chichiriviche, castilletes, desiertos y medanales que van caminando con sin descansó con sus pies movedizos de arena, llanuras inmensas, poblados de cororos y demás, donde los horizontes como las estrellas se van alejando a medida que uno los persigue; ríos majestuosos que van culebreando entre selvas infinitas, tepuyes, los templos de los dioses que hoy levantan sus frentes para asomarse al espectáculo maravilloso de la gran sabana, saltos, cascadas y raudales que van susurrando con sus labios de agua el amanecer de la creación; islas paradisiacas que parecen estrellas caídas en el inmenso cielo azul de nuestros mares, lagos y lagunas encantados, llenos de magia y poesía, árboles frondosos que parecen sostener el cielo con sus brazos, una enormes serranía habitada por el gran león del viento y el silencio donde el tiempo va madurando sus cosechas de rocas y la colosal montaña que todavía agita su blanca bandera de nieve contra el cielo, pueblitos montañeros, los pueblitos tachirenses, los pueblitos andinos, que se acurrucan entorno a la torre más creyente de su iglesia y se van trepando con ella hacia a la niebla y el frio. En marzo y abril, Venezuela nos deleita con su postre amarillo de araguaneyes llaneando el paisaje. Todas las tardes Dios se despide de nosotros con los crepúsculos del alba y los atardeceres de Juan Griego, y algunos de nuestros sueños sublime se va al relámpago del Catatumbo, hace unos meses decretaron el relámpago del catatumbo record guiness, los científicos se esfuerzan por buscar una explicación científica, yo no tengo una explicación científica, yo tengo una explicación poética, el relámpago del Catatumbo no es otra cosa que la picada de ojo de Dios, que se la pasa todas las noches picándonos el ojo para que durmamos tranquilos porque él está velando nuestro sueño. Pero la belleza más importante de Venezuela no son los médanos, ni las playas, la riqueza de Venezuela no es el petróleo, la riqueza de Venezuela es su gente, gente cariñosa, gente cercana, gente capaz, gente preparada, y este es el reto esencial de la educación, porque educar es construir personas, es crear personas sin cerrar corazones. Educar es algo más sublima que enseñar matemáticas, lenguas o computación, educar es formar personas, los educadores somos los partetos del alma, los padres dan la vida, nosotros damos sentido a la vida, educar es seguir la obra de dios.