La discapacidad intelectual se divide en 4 grados
Es importante recordar que la familia juega un papel fundamental para alcanzar las competencias de estos niños, recordando que actúan como modelos y apoyos vitales. Por otro lado, el abordaje psicopedagógico es importante ya que va dirigido a proporcionar conocimientos escolares y sociales que favorezcan su independencia, en actividades que se centren en las fortalezas y capacidades de la persona, realizando actividades significativas respetando el ritmo de desarrollo de cada educando y dotando estrategias para estimular el lenguaje y de socialización.
Retraso leve, se caracteriza por no tener problemas en el desarrollo de la vida cotidiana y son educables los niños ya que pueden desarrollar habilidades sociales y de comunicación. Retraso moderado, problemas para adquirir las habilidades de comunicación, se benefician de los programas y curriculum-educativos, pero con adecuaciones y aprenden habilidades de comunicación durante el período escolar. Retraso severo, se suele desarrollar el lenguaje comunicativo, pero el desarrollo es escaso o nulo, tienen un desarrollo motor pobre y adquiere habilidades sencillas. Y por último el retraso profundo, graves problemas de conducta, capacidad mínima para el funcionamiento sensorio motriz (primeros años), y se les hace difícil tener un control de las necesidades biológicas.
A su vez, en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el capítulo III, encontramos varios artículos que hablan sobre la protección y la participación de las personas con discapacidad tanto en sociedad como en el ámbito laboral. Estos artículos son el art 26, 27,28,29 y 30.
Por último, recordemos
que la discapacidad intelectual no es una enfermedad, es una limitación que tienen ciertas personas para realizar alguna actividad. Es necesario que todos los docentes tengan conocimiento sobre las diferentes discapacidades que existen, para poder así adaptarlos al ámbito escolar a través de las adaptaciones curriculares.
Autores: Alany Da Silva e Isabel Vegas
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