REVISTA DIRECCIÓN DE PROYECTOS PMI PANAMÁ MAYO 2017 | Page 9

La primera revolución industrial se basó en la máquina del vapor desde fines del siglo XVIII, y la segunda revolución industrial se basa en la era digital de la tecnología con la introducción de la computadora digital en la década de los cincuenta, las computadoras personales en los años ochenta y cuando las computadoras se hicieron por primera vez humanas a finales de los años noventa2 . Estos son hitos disruptivos en la vida de la humanidad que han tenido como consecuencia que la revolución digital haya transformado todos los aspectos del negocio, reinventando estrategias, productos y servicios, incluso en las industrias con mayor aversión al riesgo, las cuales están siendo obligadas a innovar.

El portafolio de proyectos de una empresa dice mucho del apetito de riesgo de la organización, de su facultad para reinventarse y de la capacidad para adaptarse a nuevas oportunidades en el mercado en el cual compite. Este proceso de cambio funciona bien si existe un entorno favorable para la innovación, junto con una estrategia bien alineada y representada en el portafolio de proyectos corporativos, que permita pasar de la idea innovadora a la ejecución, aunque implique una ruptura con lo tradicional.

Para Michael Porter (1990), las empresas consiguen ventajas competitivas a través de la innovación. La innovación genera temor, pero si la organización no está innovando, lo más seguro es que pierda las oportunidades para lograr mayores beneficios, eficiencia, crecimiento, sostenibilidad y generación de valor para el negocio. Cuando una organización tiene un marco de innovación formal que está alineado correctamente con la estrategia de negocios y se gestiona a través del portafolio de proyectos, es fácil evaluar si la innovación avanza según lo planificado, o si por el contrario, es un fracaso.

La innovación en el portafolio de proyectos se propone en tres fases: idear, innovar y capitalizar.

Idear: consiste en la elaboración de una estrategia de innovación que trace el camino para llevar a la empresa al estado futuro deseado. Esta estrategia de innovación debe reflejarse en iniciativas y proyectos concretos. La innovación disruptiva se trata fundamentalmente de crecimiento, de crear los productos y servicios más asequibles y generando más demanda. En la medida que la tecnología avanza, se abren más oportunidades y el mercado demanda más cosas. Para habilitar un entorno de innovación se necesita el compromiso de los altos ejecutivos, ya que sin el compromiso de invertir en innovación por parte de la gerencia sénior será muy difícil desarrollar e implementar con éxito las nuevas ideas.

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"La innovación evolutiva perfecciona lo que ya existe en el mercado ofreciendo un producto significativamente mejorado"