REVISTA DIRECCIÓN DE PROYECTOS PMI PANAMÁ ABRIL 2017 | Page 9

A continuación, algunas reflexiones que espero sirvan de base para diseñar procesos de real transformación:

1. Las organizaciones, en general, son construcciones del ser humano para optimizar el hacer de humanos unidos en un propósito común. Ellas tienen una presencia formal o física determinada por su estructura (oficinas y demás activos, procesos, empleados, etc.); pero al mismo tiempo, tienen una dimensión sutil o abstracta, que existe en el dominio de las relaciones humanas de quienes participan en ella a través de la coordinación del trabajo, de la producción y de los recursos financieros.

La mayoría de las organizaciones, al no comprender lo sutil, lo ignora o lo descalifica, concentrando toda su acción en el espacio de lo formal. La clave para que la empresa emergente sea exitosa en conducir su negocio habitual y crear el futuro que desea, está en llegar a ser capaces de actuar competente y simultáneamente en ambas dimensiones, como si fueran dos caras de una misma moneda. Algo que ha ayudado a comprender lo sutil, ha sido distinguir el concepto de cultura organizacional, algo que toda organización desarrolla y en donde ella existe.

En términos simples, la cultura de una organización “es la forma particular en que ocurren las cosas entre la gente que participa en su hacer”. Cada cultura tiene aspectos que favorecen o no, los objetivos organizacionales. Al conocerse las características de la cultura existente y su impacto en los mencionados objetivos, es posible saber qué en ella se debe añadir, conservar/ampliar y/o reducir/eliminar.

2. En el operar organizacional, hay que distinguir entre Gobernanza y Gerencia. Soy de los que cree que son conceptos distintos y que las organizaciones han crecido en lo gerencial, mas no así, en su capacidad de gobernanza o gobierno.

La gobernanza tiene como responsabilidad principal fijar el rumbo y asegurar que éste se siga. No se trata de cualquier rumbo, ni el que sigue los demás. Quienes son exitosos en gobernar logran “saber” hacia dónde ir, qué hacer, qué/donde/cómo innovar, etc. De algún modo, son capaces de manejar la complejidad1 del mundo actual que les afecta, determinar el riesgo asociado, asumirlo y hacer viable un curso exitoso de acción. En su hacer, el gobierno necesita influenciar y establecer las condiciones para generar un cultura organizacional basada en la confianza.

La gerencia por su parte, se acopla con el Gobierno, acordando objetivos estratégicos que cumple definiendo lo que se conoce como planes, quedando en sus manos la responsabilidad de ejecutarlos y rendir periódica cuenta de su gestión, evitando caer en la trampa de sólo seguir el plan. Su labor consiste en tomar decisiones, coordinar recursos y regular la ejecución según los resultados que se va obteniendo, aplicando las medidas correctivas sobre la operación, o sobre los planes, según sea el caso. Algo importante de señalar, es que es responsabilidad de la gerencia consolidar los espacios de confianza en el cual las personas involucradas se relacionan y actúan.

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Transformación, es un conjunto coherente y congruente de cambios en las personas y en la estructura organizacional, que una vez asimilados, convierten a dicha organización en otra. Los activos se cambian, la gente se transforma.