EDITORIAL
La sexualidad se relaciona con nuestras emociones, actitudes,
pensamientos y sentimientos. Comprende desde la concepción hasta la
muerte; se presenta diferencias físicas a lo largo de nuestra vida; la
sexualidad incluye a nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestras
relaciones con los y las demás.
Al inicio de nuestra vida el bebé se comunica por medio del llanto y de las
sonrisas, de este modo nos hace saber que tiene hambre, frio, sueño o que
quiere que lo arrullen. El niño y la niña a medida que crece, aprende de sus
padres, amigos, docentes y de otras personas con las que convive, a pedir
lo que necesita y lo que desea. También imita gestos, movimientos y
acciones que va haciendo propios. La manera de gozar, sufrir, enojarse y
estar triste es propia de cada persona. Las diversas maneras de ser y de
sentir que tenemos en cualquier etapa de nuestra vida, son también
expresiones de sexualidad y su relación con el afecto tiene mucha
importancia en la vida de todos.
La adolescencia es un ciclo fundamental para la vida, y tal vez sea el
periodo en el que se logran construir más cosas. La y el adolescente desea
conocer, probar y tener todo al mismo tiempo. Tienen premura de abarcar
un mundo e inventar en él. Es una etapa bella en la cual comienza la
transformación de la mirada sobre su realidad. El colegio y la familia son
diferentes, en cambio, los amigos y las amigas son los más cercanos, los
verdaderos cómplices. La adolescencia es la etapa en la que todo a
alrededor del joven comienza a tomar otra dimensión; se va percibiendo
de un modo lejano la infancia, los juguetes van quedando atrás y se
comienza a tener una voz y una mirada propia sobre el mundo que le es
difícil de comprender.
Todo esto sucede mientas el cuerpo de los y las adolescentes se transforma
de modo acelerado, a velocidades que no se alcanzan a percibir. Cambia
el cuerpo y con él los deseos. Se comienza a sentir cosas que tal vez no se
habían percibido antes: se gustan, se cautivan , se producen ausencias y
encuentros con adolescentes, jóvenes de un modo desconocido.
Se debe gozar de una buena alimentación, acudir a controles médicos,
cuidarse. Cuando se ingresa a la adolescencia, la salud requiere de nuevos
cuidados porque el cuerpo se ha ido transformando y también la psiquis.
Eres demasiado importante y debes cuidar tu cuerpo y no hacerte daño.
Tu eres tu máxima responsabilidad.