M
emorias de un pasante del
bufete popular, estudiante de la
carrera de derecho
Corría, la fecha ya no me acuerdo, lo cierto es que
como estudiante de la carrera de derecho era
obligatorio sacar una práctica tribunalicia, en
aquel entonces con el sistema procesal inquisitivo.
Me inscribí en el Bufete Popular de la USAC aquí
en la ciudad de Guatemala, pero es el caso que me
asignaron aproximadamente 125 casos y ninguno
prospero porque todos eran revocados de oficio.
Todavía me queda la duda si era cuestión de los
empleados de los Tribunales de Justicia, porque
siempre se reían cuando yo salía de los mismos.
De tal cuenta me vi en la necesidad de inscribirme
en el bufete popular de la Ciudad de Escuintla
donde se me indicó que la práctica en ese bufete
consistía en trabajar desde su inicio hasta su
conclusión 5 caso penales, 3 civiles y 2 laborales.
Lo importante de este pequeño extracto de estas
memorias es lo siguiente: lo primero que me
asignaron fue un caso penal donde tenía que
defender a un detenido a quien se le acusaba de la
comisión del delito de HOMICIDIO EN GRADO
DE TENTATIVA, se hizo todo el protocolo y
entre ellos tenía que hacer visita carcelaria en la
Granja Canadá, en el departamento de Escuintla,
y cuando me hice presente a dicho lugar, me
encuentro con un tipo extremadamente violento a
pesar de que tenía una herida grave producida por
un disparo de arma de fuego. De tal manera que yo
no lo quise entrevistar, quizá me dio miedo, pena
por defender a un delincuente de tal magnitud o no
sé, lo cierto es que regresé al Bufete Popular de
Escuintla y le conté todo con lujo de detalles a mi
asesora. Ella, la Licenciada asesora toda una dama,
por cierto, sin ninguna pena me dijo, mire
jovencito mejor retírese de la carrera de Abogado
y mejor dedíquese a trabajador social, porque
usted ya que si quiere ser un verdadero profesional
del derecho tiene que defender a sus clientes sean
culpables o no, y si no lo puede hacer le repito
cambie de profesión.
Me dolió tanto lo que me dijo la Licenciada
asesora, pero a la vez me hizo despertar, y pensar
que yo si quería ser Abogado, por lo que regresé a
la granja, entreviste al detenido y lo saque libre, y
me hice Abogado de lo cual estoy muy orgulloso.
Esta es solo una de las grandes penurias que se
tuvo que pasar en aquella época de mi vida como
estudiante de derecho.
Lic. Víctor Enrique Noj Vasquez
Catedrático
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
16