Revista Digital Francisco de Goya Revista Digital de Goya | Página 6

Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes y Virgen del Pilar (Goya) En efecto, el cuadro muestra a Aníbal erguido en actitud dinámica, girado el cuerpo hacia un ángel (o genio) que le señala el paisaje Italiano —que el espectador no puede ver—, desde un otero rocoso, y alzándose la visera del yelmo. A su lado izquierdo (derecho del espectador) hay un jinete abanderado y tras él un cielo nuboso del que baja la Victoria en su carro, con la mano en la rueda (posible alusión a la cambiante Fortuna) que porta una corona de Laurel. Parte de la caballería de Aníbal comienza a bajar hacia el valle al extremo derecho del cuadro y al fondo y en la izquierda se vislumbra una batalla. En primer término y de espaldas, contemplando y enmarcando la composición, aparece un robusto cuerpo humano con cabeza de buey, alegoría del río Po, que vierte un recipiente de donde manan las f u e n t e s d e e s t e r í o , c o m o p re s c r i b í a l a representación de la Lombardía en la figuración iconológica de Cesare Ripa. Un fuerte viento hinche la bandera blanca del caballero y la capa de Aníbal. La Virgen del Pilar es un óleo de temática religiosa pintado por Francisco de Goya en sus primeros años, en concreto durante su etapa joven en Zaragoza. Se conserva en el Museo Provincial de Zaragoza y sus dimensiones son de 56 × 42 cm. Es un cuadro muy luminoso, casi eco de las obras de Bartolomé Esteban Murillo. Los ángeles que rodean a la Virgen poseen paños de colores azul y rojo, y llevan en sus manos palmas de martirio, característico tratamiento de Goya a los ángeles. La Virgen está rodeada de un haz de luz, y en sus brazos lleva al Niño, que muestra una actitud muy realista. Guarda gran similitud con las obras de la Cartuja del Aula Dei y las del Coreto del Pilar, así como un antecedente de la Regina Martirum.