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establecido en la Constitución Nacional de convocar un proceso elec- toral en lo inmediato. "No es Maduro, pero tampoco Guaidó". sector del centro democrático considera viable ir en el 2021 a un proceso revocatorio y even- tuales comicios presiden- ciales. La actuación del episco- pado venezolano y la solici- tud de “los gringos” de sacar al diputado Juan Guaidó del juego político son aspectos fundamen- tales en los días por venir. Se está dando un claro mensaje que “no es Maduro, pero tampoco Guaidó”. Sin embargo, en un eventual escenario que denote la salida de Nicolás Maduro con suficientes garantías y asumiendo Delcy Rodríguez la presidencia, la oposición se toparía con una situación muy movida, frente a un PSUV más entrelazado que nunca. Esta realidad marca la nueva la posición del gobierno de conversar con todos los sectores, con excepción del ala extrema del partido político Volun- tad Popular, lo cual no es negociable. Para buscar una salida negociada, la Mesa de Diálogo podría contar en los próximos días con la participación de Fedecámaras, Conseco- mercio, Fedeindustria, CTV, Federación de Traba- jadores Bolivarianos, epis- copado, AD, UNT y la frac- ción de VP liderada por Henrique Capriles. El resto del G4 quedaría por fuera. El gobierno nacional ha insistido en los últimos meses en realizar sola- mente elecciones parla- mentarias, mientras un El PSUV acudiría a un evento electoral con caras nuevas y varias candidaturas presi- denciales, con el objeto de sostenerse en el poder, escenario que considero muy difícil que ocurra. Todo apunta a que el próximo presidente de Venezuela será de oposición. Sin embargo, no se vislumbra hasta ahora una figura que unifique a todos sus inte- grantes, por lo que podría surgir de manera consen- suada un outsider. Un “outsider” debe estar alejado de la candela política del momento y reconocido por todos los factores, incluyendo al chavismo, que permita conformar un gobierno de transición, contar con una Asamblea Nacional despolarizada, un nuevo Consejo Nacional Electoral y una Ley Electoral que garantice la represen- tación proporcional de las minorías políticas. No desaprovechemos la oportunidad de atender el llamado de la Conferencia Episcopal y de los diversos voceros del sector político y empresarial del país para sentarnos a dialogar y lograr consensos fundamentales que permitan, por mandato común, establecer estrate- gias destinadas a superar la grave coyuntura sanitaria y socioeconómica, basadas en los preceptos de libertad, justicia y convivencia esta- blecidos en las leyes.