La primera infancia es una etapa donde el niño aprende y se desarrolla de manera social, donde los primeros vínculos que se crean es con la familia, cuando este empieza a interactuar con el mundo que lo rodea se empieza a formar en el menor un conjunto de conductas que satisfacen la parte física y emocional de los menores, donde aprenden a compartir y a ser solidarios.
Riviere (1985) expresa que “cada vez parece más claro que el niño no solo interactúa gracias a unas estructuras cognitivas y afectivas que ya posee, sino que estas mismas estructuras tienen su origen en la interacción social” (p. 64).