La literatura como estrategia pedagógica favoreció a las relaciones sociales de los niños y niñas.
Se realizaron actividades grupales y compartir experiencias vivenciales con cuentos, obras de teatro, ejercicios de motricidad fina, entre otros.
Las actividades psicomotrices fortalecieron las habilidades sociales a través de ejercicios y juegos competitivos.
Se trabajo la motricidad fina y gruesa, implementando diferentes técnicas para el manejo de equilibrio, ubicación espacial, rasgado, entre otras; fortaleciendo dichos aspectos en los niños y niñas, de forma individual y grupal.
Se ofrecieron espacios donde cada uno de ellos exploró de forma significativa cada sentido de su cuerpo mediante canciones, plastilina casera, diferentes texturas, entre otras.
Los juegos sensoriales permitieron la interacción social entre padres a través la exploración.