Los efectos inmediatos de la radiación
son, entre otros, los siguientes:
Además, muchas personas que
miren en dirección de la explosión y vean
la bola de fuego a ojo descubierto sufrirán ceguera temporal debido al efecto
flash durante unos 40 minutos, o incluso
daños oculares permanentes, en particular quemaduras y cicatrices en la retina
que afectarán su campo visual.
Víctimas causadas por la onda de choque: La bola de fuego y el calor instantáneo serían seguidos de inmediato por
ondas expansivas que se desplazan a velocidades supersónicas. Las personas
morirían o quedarían gravemente heridas
al colapsar su vivienda, por la caída de edificios y escombros, o al ser arrojadas por el
aire, sufriendo lesiones tales como estallido
de órganos, fracturas de cráneo y heridas
penetrantes. Muchas personas quedarían
sordas debido al estallido de sus tímpanos.
Efectos de la tormenta ígnea: La tormenta ígnea y el calor elevarían las
La temperatura del suelo que subyace al
epicentro de la explosión aumentaría a
aproximadamente 7.000°C y vaporizaría a
todos los seres vivos en la zona. Decenas
de miles de personas que sobrevivieron a
la vaporización sufrirían intensas quemaduras, en su mayoría de espesor total. Las
quemaduras graves pueden producirse
en un radio de hasta 3 kilómetros de la
explosión.
● disfunciones del sistema nervioso central (a dosis muy elevadas);
● náusea, vómitos y diarrea l,
● destrucción de la capacidad del cuerpo
de producir nuevas células sanguíneas,
lo cual provoca hemorragias incontroladas
e infecciones potencialmente mortales).
Muchos de los que sobreviven a los efectos del calor y la onda de choque de una
explosión nuclear caerían víctimas de la
radiación en las semanas y meses siguientes. Este efecto característico de las armas
nucleares afectaría a las personas situadas
fuera de la proximidad inmediata de la
explosión, puesto que las personas que
se encontraban cerca de su epicentro
probablemente morirían a causa de las
quemaduras y lesiones mortales causadas
por la onda de choque. El viento puede
transportar la lluvia radiactiva a considerables distancias y afectar a una población
mucho más numerosa que la aniquilada
por la onda de choque y el fuego.
Muchas personas afectadas no sabrán
que han recibido una dosis de radiación
potencialmente letal hasta días o semanas
después de la explosión, cuando síntomas
tales como el sangrado de las encías, las
infecciones incontroladas o las heridas
que no sanan pongan en evidencia el
daño a su sangre
Efectos y víctimas
del calor y de las ondas
de choque