Revista digital- 2da guerra mundial Segunda Guerra Mundial | Page 13

Los efectos inmediatos de la radiación

son, entre otros, los siguientes:

Además, muchas personas que

miren en dirección de la explosión y vean

la bola de fuego a ojo descubierto sufrirán ceguera temporal debido al efecto

flash durante unos 40 minutos, o incluso

daños oculares permanentes, en particular quemaduras y cicatrices en la retina

que afectarán su campo visual.

Víctimas causadas por la onda de choque: La bola de fuego y el calor instantáneo serían seguidos de inmediato por

ondas expansivas que se desplazan a velocidades supersónicas. Las personas

morirían o quedarían gravemente heridas

al colapsar su vivienda, por la caída de edificios y escombros, o al ser arrojadas por el

aire, sufriendo lesiones tales como estallido

de órganos, fracturas de cráneo y heridas

penetrantes. Muchas personas quedarían

sordas debido al estallido de sus tímpanos.

Efectos de la tormenta ígnea: La tormenta ígnea y el calor elevarían las

La temperatura del suelo que subyace al

epicentro de la explosión aumentaría a

aproximadamente 7.000°C y vaporizaría a

todos los seres vivos en la zona. Decenas

de miles de personas que sobrevivieron a

la vaporización sufrirían intensas quemaduras, en su mayoría de espesor total. Las

quemaduras graves pueden producirse

en un radio de hasta 3 kilómetros de la

explosión.

● disfunciones del sistema nervioso central (a dosis muy elevadas);

● náusea, vómitos y diarrea l,

● destrucción de la capacidad del cuerpo

de producir nuevas células sanguíneas,

lo cual provoca hemorragias incontroladas

e infecciones potencialmente mortales).

Muchos de los que sobreviven a los efectos del calor y la onda de choque de una

explosión nuclear caerían víctimas de la

radiación en las semanas y meses siguientes. Este efecto característico de las armas

nucleares afectaría a las personas situadas

fuera de la proximidad inmediata de la

explosión, puesto que las personas que

se encontraban cerca de su epicentro

probablemente morirían a causa de las

quemaduras y lesiones mortales causadas

por la onda de choque. El viento puede

transportar la lluvia radiactiva a considerables distancias y afectar a una población

mucho más numerosa que la aniquilada

por la onda de choque y el fuego.

Muchas personas afectadas no sabrán

que han recibido una dosis de radiación

potencialmente letal hasta días o semanas

después de la explosión, cuando síntomas

tales como el sangrado de las encías, las

infecciones incontroladas o las heridas

que no sanan pongan en evidencia el

daño a su sangre

Efectos y víctimas

del calor y de las ondas

de choque