Revista digital- 2da guerra mundial Segunda Guerra Mundial | Page 11

Efectos retardados

y efecto ambiental

Lluvia radiactiva local: Los daños inmediatos terminan finalmente con el fallout o lluvia radiactiva local. Gran parte de las cenizas y polvo en ascensión procedentes de la explosión empiezan a depositarse de nuevo sobre el suelo horas después. Todo este material está sumamente irradiado. Esto incrementa los niveles de contaminación radiactiva de la zona pero no solo eso. Llena el aire de partículas que pueden ser ingeridas por todos los supervivientes en el área por vía respiratória. Su acumulación en la piel ya es de por sí nociva; no hace falta imaginar los daños que conlleva respirar dicho polvo. Esta lluvia no hay que entenderla en un sentido literal. Son partículas que caen y se van depositando paulatinamente contaminándolo todo. Pero puede ocurrir que por las condiciones meteorológicas del momento llueva de verdad en alguna parte cercana a la explosión

Terremotos: La onda de presión de explosiones subterráneas pueden propagarse a través de la tierra y causar terremotos menores. La teoría sugiere que una explosión nuclear podría disparar rupturas de fallas geológicas y así causar un sismo mayor a distancias de pocos cientos de kilómetros del punto de impacto.

Destrucción de la capa de ozono: Si el intercambio nuclear adquiere magnitudes globales entonces la capa de ozono se verá muy debilitada por la presencia de abundantes óxidos de nitrógeno en la atmósfera y por el propio calor de las explosiones. Esto llevaría a una sinergia producida por el propio holocausto que se materializaría en un aumento de la radiación ultravioleta y por consiguiente una potenciación de las malformaciones, esterilidad, mutaciones y cánceres ya muy incrementados por el aumento de radiactividad en el ambiente.

Oscurecimiento radioeléctrico: El oscurecimiento o blackout es, también, un efecto colateral de la radiación ionizante. Como se ha explicado los rayos gamma emitidos por una detonación nuclear ionizan todo el aire en kilómetros a la redonda. Cuanto más potente sea la bomba mayor será ese radio. El blackout es producto de dicha ionización así como de la sobreexcitación electrónica y se produce porque los iones empiezan a neutralizarse captando electrones libres y los electrones excitados a caer a niveles energéticos más bajos. Este fotón suele ser de baja energía y el fenómeno multiplicado por los millones de átomos y moléculas captando electrones a la vez produce una emisión saturante que genera un ruido radioeléctrico que impide el paso de las ondas electromagnéticas de baja frecuencia

Incendios: En un ataque nuclear limitado sobre ciudades la principal causa de muerte a lo largo de las horas posteriores a la detonación serán sin duda los incendios. Estos se forman a lo largo de toda el área de efecto de la bola de fuego. Pero también en la periferia principalmente fruto de las múltiples explosiones de conducciones de gas, gasolineras y vehículos.

Contaminación radiactiva: proviene de los materiales y subproductos producidos en las reacciones de fisión. Este efecto no se debe confundir con la lluvia radiactiva local. La contaminación radiactiva que permanece tiempo después de la detonación lo hace de dos formas. Por una parte los terrenos colindantes suelen quedar no solo irradiados por la radiación ionizante sino también por los desechos radiactivos de la propia bomba. Estos desechos serán mayores o menores según sea el tipo de bomba. Hoy día existen ingenios termonucleares de pequeña potencia que apenas usan material radiactivo como cebador. Son las llamadas bombas nucleares limpias. Otras en cambio hacen uso de mayores cantidades de material fisible para ampliar el rendimiento de la explosión en una tercera y mucho más eficiente fase de fisión. Se trata de las bombas nucleares sucias