Catedral de Montreal
Bec-Scie , una zona de esquí de fondo que en
verano permite explorar el cañón del río Mars
donde pudimos llegar a un mirador precioso
sobre un conjunto de cascadas y una pintoresca
cabaña. Siguiendo la carretera 170 nos desvia-
mos en la Rue Notre Dame para realizar una
ruta a la estatua de la virgen de Notre Dame
de Saguenay que se alza en un lugar remoto
sobre un peñasco elevado con impresionantes
vistas del fiordo. Es la parte del parque que más
nos gustó. Al fondo de un valle se inicia la ruta
perfectamente acondicionada y que nos lleva
por fantásticos miradores sobre un precioso
entrante del fiordo. Tras la ruta, siguiendo el
curso del fiordo llegamos a L’Anse-Saint-Jean,
un precioso pueblo costero con vistas del fiordo
y donde un sendero nos conduce a un espec-
tacular mirador a más altura, el mirador de
L’Anse De Tabatière. También vimos un bonito
puente cubierto. La siguiente parada fue Anse
du Petit Saguenay, un simple muelle con vistas
al fiordo y seguimos hasta el hotel camino de
Montreal donde pasaríamos nuestros dos últi-
mo días en Canadá.
Montreal es una ciudad bastante compacta,
al menos la parte que es de interés turístico.
Nos alojamos en la parte vieja y fue lo primero
que exploramos. La Basílica se encuentra en
una preciosa placita donde suele haber carrua-
jes para visitar esta zona. Las callejuelas alrede-
dor de la basílica son bastante pintorescas y allí
podemos ver edificios como el Ayuntamiento,
el mercado de Bonsecours o la capilla de Notre
Dame de Bonsecours. Tras callejear un poco
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