Revista de viajes Magellan Octubre 2017 | Page 23

Catedral de Montreal Bec-Scie , una zona de esquí de fondo que en verano permite explorar el cañón del río Mars donde pudimos llegar a un mirador precioso sobre un conjunto de cascadas y una pintoresca cabaña. Siguiendo la carretera 170 nos desvia- mos en la Rue Notre Dame para realizar una ruta a la estatua de la virgen de Notre Dame de Saguenay que se alza en un lugar remoto sobre un peñasco elevado con impresionantes vistas del fiordo. Es la parte del parque que más nos gustó. Al fondo de un valle se inicia la ruta perfectamente acondicionada y que nos lleva por fantásticos miradores sobre un precioso entrante del fiordo. Tras la ruta, siguiendo el curso del fiordo llegamos a L’Anse-Saint-Jean, un precioso pueblo costero con vistas del fiordo y donde un sendero nos conduce a un espec- tacular mirador a más altura, el mirador de L’Anse De Tabatière. También vimos un bonito puente cubierto. La siguiente parada fue Anse du Petit Saguenay, un simple muelle con vistas al fiordo y seguimos hasta el hotel camino de Montreal donde pasaríamos nuestros dos últi- mo días en Canadá. Montreal es una ciudad bastante compacta, al menos la parte que es de interés turístico. Nos alojamos en la parte vieja y fue lo primero que exploramos. La Basílica se encuentra en una preciosa placita donde suele haber carrua- jes para visitar esta zona. Las callejuelas alrede- dor de la basílica son bastante pintorescas y allí podemos ver edificios como el Ayuntamiento, el mercado de Bonsecours o la capilla de Notre Dame de Bonsecours. Tras callejear un poco 23