y visitamos la Casa Loma, un castillo clásico
en el norte de la ciudad. Después condujimos
hora y media hasta las cataratas del Niágara.
Al entrar en el pequeño pueblo nos encon-
tramos con la gigantesca caída de agua de
frente, y nos dejó con la boca abierta. Ade-
más de pasear por el borde de las cataratas y
sacar infinidad de fotos desde los miradores
recomiendo sin duda el paseo en el mítico
barco Maid of the Mist, donde armado con
tu chubasquero llegas lo más cerca posible de
catarata: una sensación indescriptible. Ade-
más descendimos por un ascensor para ver
a través de un hueco excavado en la roca la
caída de agua desde atrás. Pasamos a Estados
Unidos por un puente que cruza el río a una
buena altura – Rainbow Bridge- y que hace de
frontera. Desde el lado americano se puede
ver muy de cerca la caída de agua secundaria
– la que no tiene forma semicircular-, tam-
bién impresionante. Hay un parque con dife-
rentes miradores y como era 4 de Julio pudi-
mos disfrutar de los fuegos artificiales sobre
las cascadas, iluminadas con luces de colores.
Vistas de Toronto desde
la CN Tower
Vistas de las cataratas del
Niágara desde USA
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