revista de pensamiento crítico y reconocimiento. | Page 89

organización que garantice no un crecimiento ilimitado, sino que quienes menos tienen en la sociedad obtengan unos ingresos que les sean suficientes para tener un nivel de vida digno.

Así, con esta nueva orientación económica, tenemos que estar atentos ya no a las cifras agregadas, ya no a lo que sucede con la totalidad, sino a qué le pasa a quienes peor están, a qué les sucede a los más desfavorecidos de la sociedad. Porque lo importante es que estos mejoren, la unidad de medida para saber si nuestra organización es correcta o no es qué les pasa a quienes peor están. Cuando estos mejoran, la sociedad lo está haciendo.

Al cambiar de objetivo, lo que estaba bien antes, puede no serlo ya. Dejará de ser significativo que crezca la riqueza global para pasar a serlo que no haya personas en situación de pobreza, que la totalidad de la población pueda alcanzar lo suficiente para vivir con dignidad.

Por ello, cambiar de objetivo supone replantearse todos los instrumentos y los caminos que pueden llevarnos al éxito económico. Al ser este medido por otros parámetros, debemos transitar otras vías para conseguirlo.

parámetros, debemos transitar otras vías para conseguirlo.

Modificar el concepto de racionalidad

Los economistas usamos el término racionalidad económica. Se trata de un término que tiene buena prensa porque se considera que lo racional es positivo por sí mismo. Al igual que si calificamos algo como irracional es porque pensamos que no es lo correcto. La racionalidad del actual paradigma, al que podemos considerar economicista porque pone la economía por encima de cualquier otra consideración, es maximizar nuestra utilidad.

Maximizar la utilidad significa obtener la mayor satisfacción con lo que tiene cada cual, por lo que el comportamiento más racional es tener más cosas para sentirse mejor. Cuanto más tenga, mejor voy a estar, porque la racionalidad economicista acepta sin fisuras la premisa de “no saturación”, que expresada de otro modo no sdice que “más es siempre mejor que menos”, es decir, que si tenemos más siempre estaremos mejor que si tenemos menos. Así, lo racional parece ser tener siempre más y más.

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