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"los adolescentes percibirán que las personas, ellos también, tenemos una gran capacidad para adaptarnos y para superar las adversidades."

Todos estamos buscando y aportando acompañamiento emocional. También los adolescentes percibirán que las personas, ellos también, tenemos una gran capacidad para adaptarnos y para superar las adversidades.

De una situación tan inesperada, tan trágica, tan dolorosa, se puede sacar algún aspecto positivo. Por ejemplo que también los adolescentes están sorprendiéndose al reconocerse herramientas de afrontamiento, tales son la autoayuda y la ayuda para tolerar la incertidumbre. Y desde luego, la paciencia, la sobriedad, la austeridad.

La verdad es que en general, en general, vivimos en un bienestar que nos aleja del estar bien. Es ahora cuando nos damos realmente cuenta de que soy un ser en el mundo, con los demás y por los demás.

También apreciamos cómo hemos de mantener el vínculo con la vida.

Y dado que tenemos un destino común, habremos de darnos unos derechos como especie.

especie. Porque no olvidemos, no olvidemos, que el virus participa de la globalidad. Un virus que es la muerte en la vida.

Muchos adolescentes están aprendiendo a una cierta regulación emocional, un manejo del estrés, desde luego una aceptación de la realidad tal y como es.

Y muchos adolescentes en sus hogares y en la red están compartiendo noticias positivas, están ampliando la gratitud, están planificando actividades placenteras, evocando ya recuerdos positivos, anticipando actividades que se llevarán a efecto de manera agradable en el futuro. Algunos, además, están escribiendo un diario.

Y cuando hay un fallecimiento, a los hijos hay que explicárselo lo antes posible, de forma clara, honesta, permitiéndoles también participar en los ritos que podamos llevar a efecto y en el duelo.

Esta situación de confinamiento, cuando no de pérdida de seres muy queridos, nos va a permitir a los adolescentes y a quienes no lo somos a darnos cuenta de cuando somos felices. También de la utilidad, casi terapéutica del sentido del humor.

Nuestros adolescentes están teniendo que estructurar por ellos mismos sus horarios.

Los adolescentes que han salido a la calle en tiempos no tan pasados, nos han señalado que estamos devorando el planeta, y ahora este nos golpea de manera hostil. Esta situación nos enseña también que no es tan cierto que el mundo lo controlemos los humanos.

Muchos adolescentes tienen la ocasión de preguntarse si el enemigo somos nosotros, si generaremos más y más pandemias, con un capitalismo, con una forma de conducirnos absolutamente desbordada, devastadora e injusta.

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