Ellos y ellas, a quienes posponer las gratificaciones significa un gran sacrificio, han tenido paciencia. Ellos y ellas, quienes experimentan el embate del despertar sexual, han sabido llevar noviazgos al estilo S XIX, “desde la ventana” de un ordenador.
Ellos y ellas, a quienes solo parece importarles su persona en esta etapa de su vida, han desarrollado gran empatía al hacerse conscientes de que quedarse en casa protege a sus padres a sus abuelos, a los demás.
Pecaría de optimista si pensara que todos los adolescentes entran en mi descripción; pero pecaría mas de ingrata si no reconozco que muchos de ellos le han puesto el ejemplo a adultos neuróticos que se están pelando con la realidad que les cayó encima.
Ninguno de nosotros, habitantes del planeta seremos los mismos después del COVID, ni siquiera sabemos hoy como regresar a la “normalidad” porque la verdad es que desde ahora habrá una “nueva normalidad” que no se parecerá a la que teníamos.
Me tranquiliza profundamente saber que la próxima generación de adultos que manejará este planeta, serán estos que hoy son adolescentes sensibles, empáticos y con gran responsabilidad social.
Si tú, no te ves descrito en este artículo y tienes la vida por delante, no desperdicies esta gran oportunidad de crecer a partir de la adversidad.
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