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“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio camino”. V. Frankl

Hacía un siglo que la humanidad no se enfrentaba a algo igual. Más de setenta años en los que la alarma no había sonado con tanta fuerza y todos coinciden en que el mundo nunca había tenido un desafío tan grande. El tiempo lo dirá.

Lo cierto es que el occidental de a pie del siglo XXI, tan seguro de sí, con la certeza de ser casi eterno, que creía dominar el espacio y el tiempo a su antojo, de un día para

otro se vio encerrado en casa, limitadas sus libertades, truncadas sus relaciones, sin poderse despedir de los suyos, con el miedo y la incertidumbre, como hacía tiempo que no lo había sentido, tocando a su puerta.

Posibilidad de contagio, cercanía de la muerte, incertidumbre por el futuro económico y laboral, soledad, distancia, volver a convivir durante días y semanas con el círculo más cercano redescubriendo aspectos que la rutina nos había hecho perder.

El impacto psicológico real todavía está por verse. Durante las semanas iniciales de la pandemia muchos centros de investigación pusieron sus maquinarias a trabajar para estudiar en profundidad el efecto real del confinamiento y la pandemia en la psicología de la población, sobre todo de los más vulnerables, nuestros niños y adolescentes. Seguro que los próximos meses verán la luz y nos aportarán muchos datos a tener en cuenta.

centros de investigación pusieron sus maquinarias a trabajar para estudiar en profundidad el efecto real del confinamiento y la pandemia en la psicología de la población, sobre todo de los más vulnerables, nuestros niños y adolescentes. Seguro que los próximos meses verán la luz y nos aportarán muchos datos a tener en cuenta.

La pandemia no ha terminado. No sabemos cuánto ni cómo se va a desarrollar. Desconocemos el impacto psicológico real sobre la población. No tengamos miedo y tratemos de iluminar un poco el camino para afrontar de la manera más saludable este nuevo reto.

A.F.R.

El reto psicológico

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