revista de pensamiento crítico y reconocimiento. | Page 172

Para ser “mejores ciudadanos” tendríamos que ser más libres, más igualitarios, más solidarios, más respetuosos y más dialogantes. ¿Ocurrirá esto tras la pandemia?

Para responder a esta pregunta, creo que tenemos que distinguir entre el corto, el medio y el largo plazo.

Un “buen ciudadano” no surge de un día para otro, se forja a lo largo de una vida, con buenas actuaciones en los diversos ámbitos en los que reflexiona, se expresa, toma decisiones y actúa.

En las semanas de mayor impacto de la pandemia, hemos conocido hermosas historias de ciudadanos que han sacado lo mejor de sí mismos. Por supuesto, el valeroso esfuerzo de sanitarios, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y otros trabajadores esenciales que, en algunos casos, han llegado a pagar son su propia vida por llevar adelante su servicio a la sociedad en condiciones que no garantizaban su seguridad. También historias de ciudadanos anónimos que han aportado su granito de arena para ayudar a los demás, como, por ejemplo, modistas que han trabajado día y noche elaborando mascarillas, jóvenes que se han ofrecido a realizar la compra a personas mayores, o profesionales que han ofrecido a través de las redes sociales su conocimiento de manera gratuita para ayudar a las personas en sus hogares a cubrir alguna necesidad.

Nos han emocionado los aplausos de las ocho de la tarde en apoyo a las personas que estaban trabajando para que los demás pudiéramos estar seguros en nuestras casas.

Han sido muchos los actos hermosos y solidarios.

Hemos experimentado lo vulnerables que somos y eso debería hacernos crecer en humildad y en humanidad.

Pero creo que es importante tener en cuenta que la pandemia aún no ha terminado.

En los próximos meses, vamos a seguir experimentando nuevas reacciones de la sociedad ante los nuevos acontecimientos que se irán produciendo.

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