revista de pensamiento crítico y reconocimiento. | Page 140

Y para comparar los gobiernos que no tocan ese tema permiten una desigualdad de entre 900 veces y 360 mil veces entre el salario, el ingreso anual, más alto conocido y el salario mínimo de EEUU. Aquí tenemos un abismo entre el sistema de valores de los parlamentos formalmente legítimamente elegidos, pero en la implementación del mandato de los ciudadanos los elegimos porque queremos que aseguremos cohesión social y que el límite es la desigualdad. Sin embargo los parlamentos pasan y no tocan el tema y por eso haría falta que los ciudadanos pudiesen en el caso de que los parlamentos no hicieran caso a un tema o lo decidieran de otra forma que la instancia soberana lo quiera. En estos dos casos complementario y correctivo los ciudadanos deberían tener más instrumentos y más derechos de los que hoy tienen.

El segundo ejemplo, y tengo 3, sería un comercio mundial ético en vez de los extremos. Otra vez tenemos dos extremos: libre comercio, que yo suelo llamar comercio forzado, y proteccionismo.

El libre comercio suena bien, pero si miramos más de cerca qué significa realmente pues descubrimos que es un comercio forzado a costa del clima, a costa de los derechos humanos, a costa de todos los valores fundamentales y bienes comunes. Los gobiernos dicen si estás en contra del libre comercio pues automáticamente eres proteccionista. Igual que si críticas al capitalismo, automáticamente eres socialista. Esto es un sinsentido, un maniqueísmo porque hay una tercera vía, que es el comercio mundial ético. En una votación en la Universidad de Ciencias Económicas y Administración de Empresa de Viena yo pensaba que en la votación iba a ganar el libre comercio y el comercio mundial ético igual obtendría un resultado un poquito mejor que el proteccionismo, pero seguramente no va a ganar. En la votación gana la propuesta que provoca la menor resistencia.