revista de pensamiento crítico y reconocimiento. | Page 73

"en el seno de las familias se puede comunicar a todos sus miembros la situación que se vive. Comunicarlo desde la serenidad, o al menos sin dramatizar para no contagiar la angustia y el miedo, y con la esperanza de seguir luchando para lograr que las cosas vayan mejorando."

El miedo es una emoción saludable que nos impulsa a anticipar posibilidades futuras peligrosas. Gracias al miedo nos volvemos seres precavidos y ponemos en marcha estrategias de precaución y de cuidado que no serían posibles sin esta emoción.

También creo que las personas tendemos al equilibrio y a la búsqueda del bienestar. Por ello algunos de estos cambios se irán instaurando como normales, y otros caerán por su propio peso porque tal vez sean excesivos. Lo importante es buscar el modo de relacionarnos y de vivir nuestra vida sin la sensación de estar renunciando a cosas importantes sino desarrollando nuevas maneras de hacerlo mientras nos comportamos con responsabilidad y la debida precaución.

R: Muchos todavía recordamos, y vivimos, la crisis del 2008 y ahora parece que nos enfrentamos a una nueva. Muchas personas van a sufrir las consecuencias económicas de la pandemia, muchas familias ya lo están sufriendo, ¿podemos educar a los más jóvenes a comprender y asumir esta realidad?

RM: Yo recuerdo la crisis de los 80/90, después la del 2007/2008 y ahora esta nueva situación de precariedad por perdida de trabajos que nos ha traído el confinamiento.

A veces queremos proteger a los jóvenes de esta situación, muchos padres y madres se esfuerzan muchísimo para que ellos noten lo menos posible el cambio en el hogar. Realmente creo que los jóvenes, los niños y niñas tienen una capacidad de comprensión mucho mayor de lo que los adultos, en ocasiones, creemos. Creo que en el seno de las familias se puede comunicar a todos sus miembros la situación que se vive. Comunicarlo desde la serenidad, o al menos sin dramatizar para no contagiar la angustia y el miedo, y con la esperanza de seguir luchando para lograr que las cosas vayan mejorando.

Creo que los menores, en general, pueden adaptarse a la nueva realidad familiar si tienen la información que les ayude a comprender.

R: Tu excelente libro se titula Cicatrices del Corazón. Me surge una duda, esas cicatrices ¿es bueno taparlas y disimularlas con “cirugía plástica” emocional (autoayuda, cortinas de humo, etc.) o es bueno tenerlas presentes?

RM: Ni maquillarlas ni darlas un lugar preferente. Cuando tenemos una cicatriz en algún lugar del cuerpo sabemos que está ahí, pero no nos pasamos el día tocándola ni recordando como nos la hicimos. Simplemente aprendemos a vivir con ella, forman parte de nuestro paisaje corporal. Si bien es cierto que si por un casual nos golpeamos justo sobre ella nos dolerá, sentiremos que algo ahí en ese preciso lugar estuvo herido y aun la huella duele, pero se pasara de nuevo nunca nos va a doler como cuando nos la hicimos.

73