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deshidratados o secos, de acuerdo con su contenido aumentar la masa de residuos sólidos producidos
de humedad y como resultado de procesos en las diariamente por la sociedad. Ambos objetivos se
plantas de tratamiento de aguas residuales (Ortiz, deben lograr de manera simultánea, buscando una
2010). Aunque los datos registrados son sólo combinación de requisitos y condiciones a un costo
aproximados y dan cuenta de una data de poco relativamente razonable. Independiente del destino
tiempo (1 a 2 años), la tasa de producción de lodos final de los lodos producidos, estos deberán
en g/habitante/día se acerca a lo registrado en someterse
países más desarrollados, pudiendo estimarse como acondicionamiento, que permitan reducir al mínimo
una buena aproximación para nuestro país una tasa los riesgos sanitarios, los cuales tienen relación con
de 25 g/ habitante/día (Lepe y Coronado, 2003). la reducción del potencial de atracción de vectores y
Según Alarcón (2009), la producción de lodos a lo requisitos de higienización que permitan reducir o
largo de los años y por regiones tiene los siguientes eliminar el contenido de patógenos (Lepe, 2002).
valores en toneladas: Para considerar un lodo estable como tal, se deben
En Chile, según el Reglamento para el Manejo de
Lodos Generados en Plantas de Tratamiento de
Aguas Servidas (Ministerio Secretaría General de la
Presidencia, 2010), de acuerdo a sus características
sanitarias, los lodos se clasifican de dos tipos: lodos
clase A, para aquellos lodos sin restricciones
sanitarias para su aplicación benéfica al suelo
(contenido de ova helmíntica menor a 1 en 4 gramos
de sólidos totales) y lodos clase B, a aquellos aptos
para aplicación benéfica al suelo, con restricciones
sanitarias de aplicación según tipo y localización de
los suelos (en los que no existe limitación de ovas
helmínticas determinada).
Los lodos han sido depositados en rellenos sanitarios
y receptáculos, que con el transcurrir del tiempo se
han
tornado
insuficientes,
producto
de
los
crecientes volúmenes generados, siendo necesaria
la búsqueda de mejores opciones de utilización de
suelos (Castro et al., 2007).
La utilización benéfica de los lodos en los suelos
tiene dos objetivos: aprovechar su potencial
fertilizante y disponer adecuadamente de ellos, sin
a
algunos
procesos
de
tener en cuenta las siguientes características: (I) el
contenido de sólidos volátiles debe estar disminuido
un 17% digestión aeróbica y 38% en caso de
digestión aeróbica, (II) la tasa máxima específica de
oxígeno en casos de digestión aeróbica debe ser
igual o inferior a 1,5 mg de o/g/h de sólidos totales,
(III) el pH debe ser elevado a 12 o más, mediante
agregación de material alcalino, (IV) humedad
reducida a 75% o igual o superior 90% con y sin
lodos crudos respectivamente, y (V) su tiempo de
residencia en el sistema debe ser igual o superior a
25 días (Ministerio Secretaria General de la
Presidencia, 2010).
Si bien, los lodos tienen un alto contenido de materia
orgánica que favorecen las propiedades físicas
intrínsecas del suelo, y mejoran la productividad,
siendo una alternativa como fertilizantes (Lepe y
López, 2003), también aportan otros compuestos,
tales como elementos traza metálicos (ETM) y altas
cargas de microorganismos patógenos (Henríquez,
2011; Itzel, 2008) lo cual es el principal problema de
su uso.
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