Revista de Medicina Veterinaria e Investigación Revista Medicina Veterinaria e Investigación N°2 | Page 52
ventricular y presencia de un flujo retrogrado atrial
durante el período telesistólico, se han descrito
ampliamente en la literatura especializada (Vargas-
Pinto et al, 2016). Sin embargo, son escasos los
estudios realizados en pacientes caninos donde se
haya evaluado ecográficamente signos específicos de
HP a consecuencia de VMDM, que se encuentren
dentro de una categoría de afección cardiaca de
carácter moderada, sin tratamiento específico de la
condición hipertensiva con fármacos anti-
fosfodiesterasa como sildenafil.
Fisiopatológicamente la corriente retrograda
telesistólica del ventrículo izquierdo genera un reflujo
retrogrado cuyo volumen movilizado produce un
aumento de la presión atrial izquierda aumentando la
tensión sobre las paredes internas del atrio (Chetboul
y Tissier, 2012), lo cual, incrementa progresivamente
la resistencia y presión vascular pulmonar dificultando
el drenaje venoso regional y, a la larga, genera un
aumento de la tensión generalizada en la circulación
menor, que en definitiva se expresa como
hipertensión pulmonar y signología de falla
ventricular derecha (Ortega y Gómez, 2008).
La muestra canina evaluada en el presente trabajo no
presentó remodelación ventricular izquierda de
carácter significativo (Poorrafsanjani y Darabad,
2014), pero sí presento un flujo retrogrado al
visualizarse la válvula mitral con doppler color y un
aumento significativo de la relación LA/AO
característico (Lightowler, et al 2010), con fracción de
eyección y un índice de acortamiento fraccional
dentro del rango normal para la especie. Además,
estos pacientes se categorizaron a través del índice de
performance cardiaco en la categoría ISACHC 2,
obteniendo un índex TEI: 51,16. La ecocardiografía 2B-
Doppler, ha permitido caracterizar inequívocamente
los signos específicos de la HP, a diferencia de otras
exploraciones complementarias que sólo aportan
signos sugerentes, pero no específicos. La importancia
de un diagnóstico precoz de esta condición se
manifiesta en un aumento en las expectativas de vida
de nuestros pacientes caninos (Vargas- Pinto et al,
2016).
Considerando las ventajas de la ecocardiografía
Doppler transtorácica se evaluaron las variables más
representativas de una hipertensión pulmonar (Kim y
Park, 2015)., tales como: regurgitación de la válvula
tricúspide, aplanamiento del septum interventricular
en la vista de eje corto, asimetría del perfil de la
velocidad pulmonar en la exploración con Doppler
espectral, remodelación ventricular derecha y
aumento en la velocidad del flujo tricúspideo y el
gradiente de presión AD/VD. (Serrano-Parreño, et al
2017)
En el presente estudio no se observaron aplanamiento
del septum interventricular en eje corto, ni tampoco
se apreció una remodelación del ventrículo derecho, a
diferencia de lo encontrado en el estudio de
Lightowler y Buzzano (2016), en el que se evaluaron
retrospectivamente un centenar de cardiópatas
caninos que presentaron hipertensión pulmonar de
diversa etiología, pero tratados con sildenafil, después
de haber sido establecido su diagnóstico
ecocardiográfico. En el mismo estudio se evaluó la
simetría de la velocidad máxima del flujo
transpúlmonar desde el ventrículo derecho en la
arteria pulmonar, tanto en sus tiempos de aceleración
y desaceleración, observándose que la mayoría de los
pacientes caninos con hipertensión pulmonar
presentaban un perfil Tipo II y III, sin embargo, en el
presente estudio solo uno de nuestros pacientes tuvo
un tipo de velocidad máxima de la arteria pulmonar
tipo II, siendo este su único signo hipertensivo
pulmonar, el resto de la muestra presento un signo
espectral tipo I.
Los otros signos indicativos de hipertensión pulmonar
se analizaron comparativamente con el trabajo de
Serrano-Parreño et al., (2017) quienes evidenciaron
en forma significativa, la regurgitación de la válvula
tricúspide, el aumento en la velocidad del flujo
tricúspideo y el gradiente de presión AD/VD,
observada por examen Doppler color 2B y Doppler
espectral en eje corto, respectivamente. En tanto, la
remodelación ventricular derecha se evaluó mediante
modo M. Estos signos no fueron diagnosticados en
ninguno de nuestros pacientes, probablemente
porque los pacientes de Serrano-Parreño et al., (2017)
padecían una afección eminentemente de falla
cardiaca derecha, filariasis, dónde, la hipertensión
pulmonar se produce como consecuencia directa de la
insuficiencia de la valvular tricúspidea, con
remodelación VD y tromboembolismo pulmonar.
El parámetro más fidedigno de hipertensión pulmonar
es la relación de sección de Ap/Ao (Lightowler y
Buzzano, 2016), el cual nos indica el grado de
incremento del diámetro de la arteria pulmonar con
respecto a la Arteria Aorta en medición diagonal en un
mismo plano. Esto se debe a la menor densidad de
masa muscular que presenta la arteria pulmonar, al
formar parte de un circuito de baja presión y alta
capacitancia sanguínea. Sin embargo, el aumento de
la presión intravascular de la arteria pulmonar por
condiciones patológicas de base y la mayor
distensibilidad de la pared vascular de la arteria, cede
al aumento de la presión en el circuito menor,
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