Revista de Arte Fragmento 5 No.5 | Page 4

A Simón Luis Marino Llanos Hermoso lebrel de rancio abolengo regio, con blasones, escudo en tu linaje egregio orejas luengas y negro y ensortijado pelo, mirada franca, ojos tal noche sin estrellas. Te brindé mi amor, placentero lo admitiste, el tuyo yo lo acepté con hidalguía patricia, tú con férreo celo cual caballero andante, vedaste otras lisonjas con lanza en ristre. Hoy ya nosotros con un caminar cansino, que nos trae la vida y el paso de los años, esperamos El Adusto a su grey nos llame. y tú o yo esperaremos en la ignota playa, para así, juntos entrar, al perpetuo valle, a gozar de las delicias en el edén idílico.