D
ébora era una dirigente para todo el pueblo y una profetisa que
discernía la voz de Dios.
En beneficio del pueblo ella usaba tanto su sabiduría como su intuición
y su inspiración espiritual. Ejercía su actividad en un tiempo cuando
los cananeos, bajo la dirección de su comandante Sísara, oprimían a
los israelitas. Débora es tanto una agitadora como una mujer de poder
que llevo al pueblo de la desesperanza a la victoria.
Débora conoce su valentía, lo que no le venía de sí misma, sino de la
elección de Dios. La Biblia nos cuenta la historia de la batalla en el
monte Tabor. Ella dirige el ejército y da las directrices, pues es ella la
que sabe discernir los tiempos de Dios. Después de esta victoria los
israelitas vivieron en paz durante cuarenta años.
La historia de Débora también encuentra eco en nuestra
época. Si la fuerza de una esposa es evidente y que su valía
y capacidades superan a las de su marido, puede aportar en
una situación de crisis cotidiana. ¿Qué es más importante el
sexo o la tarea a realizar? Esta historia nos muestra que las
decisiones de Dios no se ajustan a los esquemas y a las
tradiciones culturales humanas.
En los hombres y mujeres que Dios ha creado existen rasgos
de carácter que serán necesarios cada uno a su tiempo y a su
manera. Unas veces se ajustan a las «convenciones», y otras
veces no.
El liderazgo de la mujer es tan alabado como criticado.
De hecho, puede que sea ella la que tenga la intuición
que se necesita para resolver un problema por
sobre la dirección masculina. La mujer sabia no
hace alarde de su posición, sino que entiende
que servir es un privilegio.
La mujer adecuada en el lugar adecuado, es
una gran bendición, ya sea para la familia
como para todo un pueblo. En ella se
expresa tanto el «General Débora» dando
órdenes de combate como el alma de un
poeta con sus cantos de agradecimiento.
Extraído del libro M ujeres R eales
• editorial CLIE •
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