C H I CA S
T
odas tenemos una mejor amiga, incluso la consideramos parte de nuestra
familia. Confiamos plenamente en ella pues la amistad se basa en lealtad
y cariño. Sin embargo, existen amistades que lejos de ayudarnos a crecer
como personas pueden hacernos mucho daño, este tipo de amistades
se consideran como amistades tóxicas y son capaces de alterar nuestro
entorno y emociones.
Imagina que es lunes por la mañana, comienza una larga y aburrida semana de
escuela, a tu amiga se la ha ocurrido una grandiosa idea ¡irse de pinta! al
principio da un poco de miedo pero suena bien en tu cabeza así que se dan a la fuga.
Sin duda pasaron un día muy divertido, llegas a casa con una gran sonrisa y piensas
que después de todo no fue tan malo. Después, estas fugas espontaneas se vuelven
cada vez más frecuentes, poco a poco tus calificaciones van bajando al punto de
reprobar y tener que repetir la escuela o materia.
¿Recuerdas esa idea que era genial al principio? Una idea que en primera instancia
parecía ser inofensiva resultó ser toxica.
El no estudiar, saltarse clases, desobedecer a mamá o salir de casa sin pedir
permiso son ideas tóxicas disfrazadas de diversión que en un futuro afectaran
nuestro bienestar.
Nuestra mejor amiga es nuestra cómplice, es ella a quien pedimos un consejo
regularmente pero debemos tener cuidado, ese consejo no siempre podría ser el
mejor, en lugar de ayudar podría ocasionar muchos problemas.
Lectura recomendada
«Tolerancia o intolerancia» de Editorial Unilit
6