L Í D E R E S
¿ Al escuchar la palabra
éxito que se te viene a la mente?
Muchas veces relacionamos el éxito con un estereotipo, pensamos en una persona que tiene todo, carros, dinero, belleza física, o negocios, es decir lo definimos como una posición, poder, prestigio, placer, prosperidad pero esto está lejos de ser éxito, al ser pasajeras pueden desaparecer de un día a otro.
Si bien la relación de éxito – negocio es cierta, existen pilares base que nos ayudan a lograr el éxito verdadero, están constituidos con características que moldean nuestro carácter y nos convierte en personas confiables.
« La ganancia deshonesta no trae felicidad duradera »
El verdadero éxito comienza con un corazón honesto ¿ Cómo podemos tener la bendición de Dios si tenemos corazones deshonestos? Nadie confiaría en nosotros si mentimos y hacemos cosas que no se rigen bajo este valor. Sin duda la honestidad es un principio que nos abre puertas, no solo en los negocios, también en el trabajo, la escuela y familia.
Humildad: La humildad y el respeto hacia el Señor llevan al hombre a la riqueza, a la honra y a una larga vida. Cuando el hombre procura agradar a Dios, Dios hace que nuestros enemigos estén en paz con él, ya que Dios es quien dirige nuestros pasos.
Planificación: Para lograr el éxito que queremos es necesario crear una estrategia y ponernos objetivos a corto y largo plazo, sin una planificación nos desviaremos de lo que queremos conseguir.
Dominio propio: El hombre que no se domina se halla tan indefenso como una ciudad con murallas derribadas, no hagas como los malvados porque ellos no duermen hasta cumplir su fechoría, sin embargo guarda tus sentimientos porque ellos influyen en la totalidad de la vida.
Como vemos hay pilares que nos soportan para alcanzar al éxito no porque sean una fórmula mágica, si no hacen que cambiemos nuestra forma de ser y de actuar.
Estos principios nos ayudan a crecer como personas, todo lo que hacemos debemos hacerlo basado en los pilares de la Palabra y no con los del hombre, de esta forma llegaremos al éxito que Dios tiene planeado para nosotros; cumplir su propósito.
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Editorial Uniilit
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