¿ Qué haría Jesús?
L Í D E R E S
Jesús amaba a las personas.
Es importante para mí recordar eso al haber escrito el libro « Dios y el debate transgénero », ya que contiene la palabra « debate » en su título. Y es bueno que tú lo recuerdes si lees mi libro ya que contiene la palabra « transgénero » en su título. Porque en el fondo, este debate no tiene que ver con un debate, sino con personas: personas valiosas hechas a la imagen de Dios que están sufriendo, están confundidas, están enojadas, tienen miedo, a quienes sus familias les han dicho que no son bienvenidas.
Tiene que ver con algunas personas que están contentas con el cambio cultural en referencia a la identidad de género, y otras personas que están preocupadas por ese mismo cambio cultural.
¿ Qué haría Jesús?
Nos escucharía y nos amaría, y si no
estuviera de acuerdo con nosotros, sería siempre y solo por compasión, nunca por opresión. No se burlaría, ni rechazaría, ni insultaría ni despreciaría a ninguna persona herida. Está tan decidido a buscar lo mejor para todos que murió— despreciado, burlado y rechazado— por nuestro bien. Si este no es el Jesús del que has oído hablar, entonces lo siento. Es el Jesús con y para quien busco vivir. Y es el Jesús cuyas palabras encontrarás en el libro « Dios y el debate transgénero » mientras examinamos detenidamente lo que la Biblia realmente dice sobre la identidad de género, y lo que eso significa para las personas que experimentan incertidumbre o luchan con su identidad de género; para aquellos que aman a quienes experimentan esas luchas; y para las iglesias que están( o deberían estar) buscando apoyar a aquellos que experimentan conflictos de identidad de género.
Hay una razón más que me impulsó a escribir este libro: me encantaría que la iglesia deje de estar todo el tiempo tratando de ponerse al ritmo de la cultura. No deberíamos permitir que la iglesia siempre aborde un problema después que la cultura en general lo hizo primero. Por ejemplo, los cristianos se quedaron atrás en mostrar una respuesta compasiva, llena de gracia y verdad, frente a la homosexualidad. Algunos se olvidaron de la verdad. La mayoría se olvidó de la gracia.
Oro para que esto no vuelva a suceder en referencia a la identidad de género. A la hora de decir la verdad, mostrar compasión y buscar justicia, la iglesia debería ir al frente, no detrás. Espero que este libro sea una contribución a tal causa.
Con Jesús como mi ejemplo y mi guía, espero mostrar en este libro el camino de la compasión; un camino diferente y, creo, que ofrece más esperanza que muchas de las otras voces en este debate. Mi mayor oración, ante todo, es que, si lo que lees es difícil de escuchar, recuerdes que el Dios que te habla en la Biblia es el mismo que te ama tanto que vino, vivió e incluso murió para fortalecer las cañas cascadas y encender los pábilos que humean.
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Editorial Portavoz