Este sistema funciona de tal manera que entre el sensor y el teléfono
inteligente se establece una relación de intercambio. Por un lado, el sensor
lleva incorporado un chip que capta la energía del móvil a través de una
pequeña antena; almacena esta energía y esto le permite hacer las medidas
de los diferentes parámetros físicos, además de unos cálculos mediante un
microprocesador que lleva incorporado.
LO MEJOR DE MEDELLÍN
Los datos resultantes se transfieren al
móvil y éste los envía a la nube a través
de su conexión a internet (3G, 4G o
WiFi). Esta transacción de datos se hace
en menos de un segundo y sin
necesidad de batería, lo que lo
convierte en una solución rápida, más
económica y más ecológica que los
dispositivos actuales basados en otras
tecnologías como Wi-Fi o Bluetooth.
El dispositivo, que se inserta en el
suelo, puede resultar útil para
invernaderos y cultivos, ya que permite
registrar en todo momento su estado.
Además, permite abaratar costes, ya
que, al no llevar batería, no hay que
cargarlo y su vida útil es muy larga. La
única limitación es la distancia, porque
el teléfono móvil debe aproximarse al
dispositivo
El dispositivo es capaz
de medir la humedad
del
tierra
y
la
temperatura, mostrarla
en una aplicación para
móviles y enviar estos
datos a la nube
Se trata de la primera aplicación que se ha hecho con un sensor de estas
características. El sensor se podría aplicar en el sector alimentario para
comprobar el estado los alimentos a través de las variaciones de su color.
También en el ámbito de la salud.