Lo primero que debemos hacer para responder a esta pregunta es comprender a qué se refiere el reporteo ESG ( o ASG , en español ). Comúnmente utilizamos ESG en el ámbito corporativo para referirnos a una serie de temas ambientales , sociales y de gobernanza que pueden impactar en la habilidad de una compañía para llevar a cabo su estrategia de negocio y generar valor en el largo plazo . Estos factores ESG a veces son llamados también factores no financieros , aunque la manera en la que son abordados por una empresa , sin duda tiene consecuencias financieras .
Por ello , el manejo efectivo de los problemas en sostenibilidad del negocio ayuda a las compañías a entender y mejorar su desempeño operacional , a tener una gestión de recursos adecuada y a responder con prontitud en un entorno cambiante , como el que nos ha dejado la pandemia por Covid-19 .
Además , existe un creciente cuerpo de evidencias científicas , académicas y analíticas que sugieren que un desempeño sobresaliente en materia ESG se correlaciona con un mejor desempeño económico . La consultoría McKinsey , por ejemplo , estima que atender los temas ESG reduce el costo de las operaciones en hasta 60 %, lo que para compañías como 3M representa un ahorro de alrededor de 2.2 billones de dólares .
¿ Cómo podemos dar a conocer estos beneficios a los inversionistas y otros grupos de interés ?
Aunque el reporteo ESG es un campo relativamente nuevo ( sobre todo si lo comparamos con la larga tradición de los reportes financieros ), existen diversos estándares a los que podemos referirnos para dar a conocer las acciones de la empresa , como son la Global Reporting Initiative ( GRI ), el Pacto Mundial de la ONU ( UNGC , United Nations Global Compact ), la Sustainability Accounting Standards Board , e incluso el más reciente Task Force on Non-Financial Climate Disclosures ( TCFD ), entre muchos otros estándares generales y otros tantos específicos para cada industria . Cada uno de ellos cuenta con sus propias reglas de medición y reporteo , enfatizando uno u otro aspecto que consideran debe tener un mayor peso .
No obstante , todos tienen en común una cosa : son insuficientes para capturar la complejidad del problema y , desgraciadamente , ya no satisfacen las demandas de información de los inversionistas y otros grupos de interés , lo que conduce a la pregunta final de este artículo :
¿ Qué podemos hacer para subsanar esta falta ? ¿ Hacia dónde se dirige el reporteo sostenible o no financiero ?
Es muy probable que la respuesta a estas preguntas no se encuentre en la estandarización del cálculo ni en el reporteo , propiamente dicho , sino en los datos . A corto y mediano plazo , veremos un cambio hacia las analíticas oscuras para el estudio de la sostenibilidad . Este tipo de analíticas exploran las fuentes no tradicionales de datos y los datos complejos , los cuales son fundamentales para entender y representar adecuadamente los fenómenos y cadenas multifactoriales que afectan a las empresas . Para ello , será necesario incorporar a la ciencia de datos como un proceso transversal que permita unir la planeación estratégica con la operación y el reporteo .
Aquellas compañías que sepan sacar el mejor provecho del reconocimiento de patrones y las analíticas cognitivas , serán las que puedan establecer una mejor comunicación con sus diferentes grupos de interés y , por supuesto , las más atractivas para los inversionistas . Si estas empresas altamente adaptativas serán las grandes organizaciones que tradicionalmente han dominado el mercado , o los pequeños gigantes que están surgiendo a partir de la innovación en los modelos de negocio , es un tema que queda pendiente para futuras reflexiones .
www . revistaconsultoria . com . mx 43