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Hace un par de años atrás, surgió la idea de crear una estrategia que beneficiara a las personas en
condiciones de vulnerabilidad, pero sobre todo a los niños y las niñas, lo cual dio originen a el plan de
atención integral a la primera infancia “De cero a siempre”.
Esta iniciativa logro que millones de familias tuvieran acceso a servicios donde se les garantizara el
pleno goce de derechos y una mejor calidad de vida.
El estado empezó a crear centros de desarrollo integral (CDI) a lo largo del país para atender toda esta
población.
Estos espacios no solo beneficiaron a los niños, niñas y familias usuarias, sino también a los maestros
encargados de la atención armónica de estos pequeños.
Estos lugares (CDI) en la mayoría de los casos cuentan con espacios adecuados para recibir
aproximadamente 500 usuarios o más, con salones hasta de 30 niños por profesora.
El manejo de la voz en este tipo de programas debe ser moderado y controlado, pero debido al nivel
de ruido que se presenta en un salón de 30 niños y niñas, los maestros deben elevar su tono de voz
para tener más control, captar la atención de los niños y niñas mediante rondas, juegos, canciones y
demás, teniendo como resultado fuertes episodios de disfonía, afectando directamente el quehacer
diario.
Recordemos que la disfonía es un trastorno del lenguaje que afecta principalmente el tono, timbre y
duración de la voz.
¿Cómo se puede evitar la disfonía?
- Evite carraspear y toser para aclarar la
garganta
- Tomar mucho líquido antes, durante y
después del habla seguida.
- No hablar con la boca semi cerrada
- Mantener una postura adecuada, para
no forzar los músculos
- Sustituir la elevación exagerada de la voz
por otras técnicas que acaparen su
atención por ej: Dar palmaditas, contar
con un elemento extra de ayuda
(campanita, cascabel), apagar y
encender la luz varias veces seguido, de
esta manera guardaran silencio y se
tendrá que forzar la voz
- Hablar en forma de secreto
Dayana Trejos