Revista Científica Quantos Octubre 2020 | Page 40

36

El olfato es el sentido principal de los caninos, tanto así que en la actualidad muchos perros han ido desempeñando diferentes tareas, tales como la detección de contrabando, la búsqueda de desaparecidos, misiones de rescate después de terremotos, en donde han llegado a salvar vidas humanas.

Una de las partes más importantes del olfato de los perros está en sus células receptoras olfativas cuyo número va desde los 220 a los 250 millones dependiendo de la raza, siendo una cantidad hasta 50 veces mayor a las de los seres humanos, que solo cuentan con un aproximado de 5 millones. En conjunto con el órgano vomeronasal u órgano de Jacobson (Figura 1), un órgano auxiliar del sentido del olfato que contiene varios receptores sensitivos capaces de detectar las sustancias o compuesto químicos en el ambiente, los perros pueden identificar y memorizar simultánea e instantáneamente hasta un millón de olores diferentes, muchos de los cuales serían inidentificables para nosotros, tanto en la tierra como debajo del agua en un radio de varios metros. Además, las moléculas de olor se difunden a los cilios de las neuronas receptoras que generan impulsos nerviosos que son transmitidos por los nervios olfativos al cerebro del perro, donde el área dedicada a la interpretación de dicha información es unas 40 veces mayor al de un humano, siendo capaces de analizar y reconocer todo lo que los rodea.

Figura 1. Anatomía del olfato del perro

Gracias a esto, durante los últimos años, muchos perros han sido entrenados en la detección de varias de las enfermedades más peligrosas para los seres humanos, logrando avances significativos en el mundo médico, advirtiendo a muchos pacientes de su estado de salud y salvando muchas vidas. La razón principal de su éxito se debe a que cada enfermedad, debido a los efectos nocivos que tiene sobre el organismo, presenta un olor característico que la diferencia de las demás y que se puede identificar en el aliento, el sudor o incluso la orina, de modo que los perros son capaces de reaccionar ante dicho olor y no ante algún síntoma de las enfermedades.

Bajo nuestras actuales circunstancias, sumado a los decesos en hospitales, residencias para ancianos o enfermos crónicos a causa del COVID-19, el Grupo Investigador de Problemas en Enfermedades Infecciosas