El ser humano, desde hace varios siglos ya, se ha autoproclamado como la especie dominante del planeta, ya sea por sus números o por su capacidad de razonamiento superior aunque este ultimo punto puede ser debatible, muchos estudiosos piensan que el desarrollo tan productivo de la humanidad desde hace más de dos milenios se debe a su capacidad de comunicación y de organización, esto nos ha llevado de una especie nómada, a crear asentamientos cada vez más grandes, permitiendo que se creen poblaciones más numerosas y en ocasiones, una falsa idea de completa seguridad.
Sin contar eventos creados por la humanidad misma, como las guerras, han sido pocas las situaciones que nos han puesto contra las cuerdas, por lo que el crecimiento desmedido de nuestra especie sigue un ritmo estrepitoso, permitiendo un consumo de recursos naturales sin comparación y una afección a la misma naturaleza que poco a poco ha hecho mella en nuestra propia capacidad de supervivencia. A pesar de esto la naturaleza tiene su propia manera de equilibrar la balanza y actualmente estamos viviendo una de las situaciones que nos demuestra la fragilidad del ser humano, y que nos hace olvidar esa falsa idea de seguridad que viene desde los primeros asentamientos grandes.
La situación que vivimos ahora, como todo el mundo sabe, se debe a la pandemia por el coronavirus o COVID-19, un virus que afecta principalmente el sistema respiratorio; con millones de contagios y fallecidos, este virus marcará un antes y un después para toda la humanidad, puede que como la peste negra o la gripe española. Pero a pesar de que el panorama no es alentador en un principio, no todo es negativo, debido a la primera línea de defensa de la mayoría de los países para evitar el contagio y reproducción del virus, las personas se han visto obligadas a estar en cuarentena durante varias semanas o incluso meses, permitiendo de esta manera darle un respiro, literalmente, a la naturaleza.
Pero ¿Qué tan positivo es esto para la naturaleza?, bueno esta pregunta tiene varias respuestas, depende principalmente desde el punto de vista donde se mire, en este artículo se tocará solo algunas de las más sonadas e importantes o impresionantes. Como sabemos el virus se originó en China, un país con la mayor densidad poblacional del mundo; China es conocida principalmente por su industria y a su vez, por su contaminación del medio ambiente con gases invernadero. Debido a que el brote del virus fue tan agresivo y contagioso, se decidió hacer cuarentena obligatoria en todo su territorio, esto como es lógico pensar, permitió una reducción increíble en la emisión de gases a la atmosfera y una reducción considerable en la temperatura del país asiático, ya que estos gases funcionan como una especie de abrigo a gran altura. En fotos tomadas desde la estación espacial internacional se puede observar el cambio drástico en el territorio chino antes y después de la cuarentena obligatoria.
Otro casi igual de impresionante se puede ver en la ciudad de Venecia, en la península italiana, una ciudad famosa por sus canales y sus góndolas, donde diariamente pasean miles de turistas y habitantes de la ciudad. Con la llegada del virus a Venecia y la posterior cuarentena obligatoria en el país, se pudo observar un evento que desde hace décadas no era posible ver, los canales venecianos que eran turbios desde hace años debido por el alto flujo de embarcaciones nuevamente estaban llenos con agua cristalina, tal era la transparencia del agua que se podían ver pequeños peces nadando en los bordes de los canales, un cambio increíble con tan solo algunos días de cuarentena para los ciudadanos italianos.
Estos dos escenarios nos demuestran que la naturaleza no es un mito, esta allí y nos esta llamando a cambiar nuestra forma de actuar, a pensar de forma diferente, el ser humano es frágil y así como sube también puede bajar igual o aun más rápido, el virus nos ha traído muchos problemas y desgracias, es verdad, pero otra verdad innegable es que ha traído consigo eventos positivos para la naturaleza como la reducción de los gases de invernadero en el mayor productor mundial de estos, el retorno de la fauna marina que desde hace décadas no se veía, animales silvestres corriendo por las calles de diferentes ciudades en libertad y sin miedo. El ser humano esta lejos de ser perfecto pero nuestra más grande
imperfección es creer que lo somos, que podemos hacer todo lo que queramos sin consecuencias y esta situación caótica nos demuestra lo contrario y los cambios enormes
y positivos que sucederían si realmente nos apoyamos y defendemos la naturaleza con la importancia que se merece.
Pero no solo estando encerrados podemos ayudar a mejorar el medio ambiente, eso seria imposible de manejar en la actualidad, pero podemos empezar con poco, una playa no siempre lo fue, todo empieza con un grano de arena. Podemos empezar con el reciclaje en nuestro hogar como la campaña botellita de amor, o reduciendo el consumo de agua y energía que directa o indirectamente afecta en la contaminación del medio ambiente, lo importante es empezar con algo y motivar a los demás a seguirnos para equilibrar la balanza y no llegar hasta un punto sin retorno.
María del Rosario Paredes
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