Vol . 1 , No . 2 , Junio 2021
A mis 24 años , trabajando en una distribuidora de celulares , tuve mi primer celular : Nokia 1100 chip 3 , celular reconstruido por piezas de celulares que no habían funcionado . Obviamente estaba negada a comprármelo porque mi creencia era que solo la gente “ nice ” o “ fifi ” podía tener uno y que representaba una pérdida de tiempo ; el que quisiera hablar conmigo lo tendría que hacer al teléfono de casa .
Me ofrecieron la oportunidad , estando en el área de almacén dentro de esta distribuidora , de aprender a desarmarlos , de aprender a encenderlos para conocer sus funciones , y NO lo hice , por miedo , sentía que los iba a dañar .
Tiene poco más de 10 años que dejé de trabajar en una oficina para estar frente a mi propia empresa , mi familia . Me desconecté del mundo laboral , de la computadora , para adentrarme a las actividades del hogar . Con un celular más “ moderno ” me instalaron Whatsapp y después me crearon una cuenta en Facebook . He de decir que hasta esa fecha sólo usaba mi celular para lo básico : hablar , mensajear , tomar una que otra foto y ver mi Face ; todo sin poder subir fotos ni comentarios , al menos de felicitación , por mi ignorancia y falta de interés hacia la tecnología .
Pero ... llegó el 2020 , llegó la pandemia y llegaron a mi casa mis 3 hijas que necesitaban dispositivos personales , hasta ahí parecía todo iba a caminar bien , pero oh sorpresa ; mi pequeña de 3 años , a parte de un dispositivo y de Zoom , necesitaba una maestra personal que la tenía que acompañar en sus clases y la única disponible , su madre , no estaba preparada para ese puesto . Conocer Zoom fue novedad en mi persona , pero estaba y lo sigo estando , muy lejos de conocer el mundo tecnológico que nos rodea .
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