Revista Casa Silva Nos. 30 - 31 R.CasaSilva 30-31 completa | Page 58

Carto gr a fí a de los e Poe s pe ma j os s Pe d ro A l e jo G ó m e z Poemas de Luis Antonio de Villena Hechizo de presencia viva Erguido entre las sombras de la noche, cultor de un rilo antiguo, donde el sol y el amor si- mezclan mutuamente. Adorador de gemas, mirando arder la extraña combustión de un ritmo raro; envuelto en la belleza, a punto de entrar ya en el éxtasis mágico de bailarinas y derviches, sedosa la piel de bronce, negros los ojos y el negro cabello lentamente cayendo por la frente; Heliogábalo, emperador muchacho, levantado y altivo, ardoroso el cuerpo y la mirada, lodo bronce y fulgor, perfecta estatua viva, o pasión nocturna, nos mira con un gesto, envuelto en la belleza, desde esta noche que es hoy, ayer, presente antiguo… Mi retrato triste y suntuoso Heme aquí de nuevo. Habito en una casa llena de libros y de trastos (con algún objeto suntuario). Ni rico ni pobre –ocioso– y si rico, en el gesto. Me siento, con frecuencia, como en perpetua derrota, y otras veces, como el rey de un cuento. No creo en casi nada -hay que ser muy escéptico- pero me gustan las palabras, los adornos, las sedas y los cuerpos. (Prohibidos los que amo, indecibles sin atrevimiento.) Me llama muchas tardes la tristeza, una tristeza enorme que ya conozco. Y aunque no hablo con ella –no sé de dónde viene– le sirvo alcohol y me vampiriza el cuello. No creo –ya lo dije– en este mundo, ni casi en el postrero. Me disgusta la fealdad, el día, la estupidez, la gente que se conforma con la norma, y –aunque lo tengo– el miedo. Y me gusta lo baladí, los gestos, las alhajas, el teatro, los salones barrocos, la miseria dorada, los títulos sin dueño. Pero todo es terrible –ya lo sé– la libertad no es nuestra, y lo que queda sólo, es ese chico altivo, la Belleza. Por eso mi ilusión (irrealizable, por supuesto), sería vivir solo en una isla del sur, no solitaria, llena de sol, esmeraldas, encantadas bahías como piernas, y cuerpos –jóvenes– hermosos y morenos. Escribiría cartas a los amigos, intentaría pintar (sin prisa, por entretenimiento); y embriagado cada noche Junto a alguien (joven), cultivaría tan sólo los sentidos, Y me moriría una tarde (sin molestar, espero), Para que el ocaso –tan bonito– diese luz a mi último momento. r e v i s t a r e v i s t a  