Revista Casa Silva Nos. 30 - 31 R.CasaSilva 30-31 completa | Page 52

Pe ui d s ro Fe A r l na e jo m e z na d o r L n d G o ó Afa terratenientes. Poesía intelectual, poesía de intención, incluso con el tema erótico, que también aparecía allí. Ese mismo año, viaja a California –la dictadura brasilera llevaba un año- y se vuelve profesor universitario. En su siguiente libro, Poesía sobre poesía, publicado 10 años después, retoma la poesía política –aparecen, por supuesto, Vietnam, el Che Guevara y el Empire State, símbolo del imperio- y por primera vez experimenta, como una manera de liberarse del discurso académico sobre la poesía en el cual se encontraba inmerso. Sobre este libro dijo el propio Romano de Sant´Anna: “El poeta se vengaba del profesor y ponía sobre aviso a los de- más poetas y profesores. Son poemas desgarrados, de arrojar las vísceras sobre la mesa para que se viera el conflicto de una generación. Si miramos la poesía brasileña de ese periodo, está llena de eso. La obra de los concretistas en gran parte fracasó porque la teoría se apoderó de la poesía”. Aquí se refiere al movimiento de la poesía concreta brasilera, fundado por Haroldo de Campos, sobre el cual escribiría después un poema lapidario, Error concreto: El poeta concretista / comete un error típico: / confunde el logos / con el logotipo”. El humor, la ironía lo salvaron de ese siglo “semiótico y despótico, / que se creyó dialéctico y fue sidoso y patético”. Incluso de la poesía comprometida un subgénero que, como se sabe, tiene fecha de vencimiento. La prueba es otro poema emblemático, Rilke: Carto gr a fí a adiós de los e s pe j xx os Affonso Romano de Sant´Anna: al siglo Rainer María Rilke y yo Rilke cuando quería hacer poemas pedía prestado un castillo tomaba una pluma de plata o de pavo real, le pedía a los ángeles que se acercaran, hacía vibrar la soledad como un delfín conversando de las cosas que conversa el europeo entre esculpidos gamos y cisnes -en un jardín geométrico. Yo poeta moderno y brasileño, con la pluma y la piel tostadas por el sol de los trópicos, cuando pienso en escribir poemas -me abaten siempre los problemas de la tierra. Bien que me gustaría llamar a la familia, a los amigos, en fin, a todo el pueblo, Separación y salir bailando en la plaza con un salterio bíblico como un David enloquecido. Pero no puedo, pues cuando me obliga el gesto del poema voy tomando cualquier lapicero o lápiz y papel desarrugado y esclavo escribo entre trituradoras bocinas secuestros salarios coquetos, televisión torturas y censuras y las balaceras que cinco veces al día se disparan en la favela vecina metrificando así mi verso marginal de perseguido que infructuoso va a caer en un terreno abandonado. Desmontar la casa  y el amor. Desclavar  los sentimientos  de las paredes y las sábanas. Recoger las cortinas  tras la tempestad  de las disputas. El amor no resistió  las balas, plagas, flores  y cuerpos intermedios. Empacar libros, cuadros,  discos y culpas. Esperar el infernal  juicio final del desamor. Los vecinos se asustan en la mañana  ante los destrozos en la puerta:  –¡Parecían amarse tanto! (Traducción de Álvaro Rodríguez Torres) Que yo sepa, nadie se había burlado así del sacrosanto Rainer María Rilke. Sin embargo, después de hacer las paces con el siglo XX y “sin remordimientos históricos”, como bien se titula un poema suyo, Affonso Romano de Sant´Anna da un giro hacia una poesía más clásica, con poemas más breves, menos barrocos, en los que retoma los temas eternos de la belleza, el paso del tiempo, las mujeres, el misterio del mundo, el amor y el desamor. Estos dos me parecen realmente notables: Hubo un tiempo:                                una casa de campo,                                fotos en Venecia,  un tiempo en que sonriente  el amor aglutinaba cenas y fiestas. Se amó cierto modo de desvestirse,  de peinarse. Se amó una sonrisa y cierto modo  de disponer la mesa. Se amó  cierto modo de amar. No obstante, el amor parte en retirada  con sus ropas arrugadas, tropas de insultos,  maletas desesperadas, sollozos incautados. r e v i s t a r e v i s t a  