Revista Casa Silva Nos. 30 - 31 R.CasaSilva 30-31 completa | Page 178
Pe d ro A l e jo G ó m e z
4. La calidad del poema depende de
que el poeta esté lo mejor preparado
posible para desarrollar dentro de sí
el proceso de gestación.
5. El poema, tal como la sangre de nues-
tros ancestros, pervivirá en la natu
raleza y deberá ser capáz de fecundar
a los poetas por venir.
En el quinto paso se cierra el ciclo y como
notarán al cerrase el ciclo vuelve a empezar.
Así las cosas los poemas ni son dictados
por las musas ni son propiedad exclusiva
de la imaginación o el intelecto del ser hu-
mano. En Rilke, los poemas se engendran
en el cuerpo.
A este respecto se pueden leer, en la
cuarta carta que el poeta le envió a Kappus
fechada del 16 de julio de 1903, los siguien-
tes pasajes:
“¡ …sea reverente con su fecundidad, que es
sólo una, así parezca espiritual o corporal!
Pues también la creación espiritual proviene
de lo físico, comparte su esencia, y es como
una perpetua reproducción, más delicada,
más maravillosa y perdurable…”
“Y también en el hombre hay maternidad
—me parece— espiritual y física; su engen-
drar es, asimismo, una manera de dar a luz;
y hay alumbramiento cuando crea de su
íntima plenitud.”
La fecundidad hace referencia a la fa-
cultad innata en el ser humano de producir.
Específicamente: de producir vida. En Rilke
“arte” y “vida”, todo el tiempo van de la
mano. Reverenciar la fecundidad implica
Los estilos pictóricos en la poesía de Rilke
entonces para el ser humano el compromiso
de asumir un proceso que lo mantenga lo
más apto posible, tanto física como espiri-
tualmente, para estar a la altura de tal labor.
Rilke considera esto tan importante que
él mismo aplica a rajatabla en su vida pri-
vada el consejo que le escribiera a Kappus
en la novena carta y en el cual lo insta a
mantenerse del lado de “la alegría donde
se transparente el fondo” y alejado de las
emociones que solo sean producidas por
la ebriedad y la turbación. En una carta
a Rodin, fechada del 11 de septiembre de
1902, Rilke le dirá que:
“Ansiosamente he evitado todo medio arti-
ficial para llamar a la inspiración; comencé
por abstenerme del vino (lo que hago desde
hace varios años), traté de aproximar mi vida
a la naturaleza misma”
Un consejo que quizá no resulte novedoso
pero sí, ya desde el año 13 a.n.e., muy im-
portante de observar. Incluso Horacio en su
famosa Epístola a los Pisones les hace caer
en la cuenta, a quienes se formaban como
escriores, de que no hay que abandonarse
al simple talento pues este de poco vale si
no se acompaña de trabajo, un trabajo que
se emparenta con el entrenamiento de un
atleta: “Se ha preguntado si es la naturaleza
la que hace a un poema digno de elogio o si
es el arte; yo no veo a qué sirva el trabajo
sin una rica vena ni el genio sin pulir; cada
uno pide ayuda al otro y ambos conspiran
juntos amistosamente. El que desea alcan-
zar a la carrera la meta deseada ha sufrido
mucho, y lo hizo desde niño, ha sudado y
ha pasado frio, se ha abstenido del amor y
del vino; el tocador de flauta que toca en los
Juegos Píticos ha aprendido primeramente
y ha tenido un maestro.” 10
Considerar al poema un ente que se
engendra en el cuerpo del ser humano tiene
varias consecuencias. Yo les referiré tres:
1. Rompe con la idea del carácter in-
corpóreo del texto poetico y le devuelve su
carácter de manufactura, de obra hecha con
las manos que tiene una entidad propia.
Y digo devuelve porque fue Simónides de
Ceos, el poeta griego, el primero en resaltar
la naturaleza objetiva del poema en su fa-
mosa frase, del 470 a.n.e.: “La pintura es
una poesía muda y la poesía es una pintura
que habla”. Todo apunta a que el griego
estableció tal comparación para hacer ver
al poema como una mercancia que tenía el
mismo valor de trascendencia en el tiempo,
y efecto de ennoblecimiento y grandeza,
que las obras del pintor o del escultor; ya
que con sus epinicios 11 Simónides estaba
entrando en el mercado de las obras que
vendían y garantizaban la inmortalidad.
La poesía, dirá el poeta, es mejor para
perpetuar la memoria porque su estatus de
realidad da mayor garantía de la eternidad
en tanto que no la afectan ni la lluvia, que
no le hace mella, ni el paso de los años, que
no desgasta sus colores.
2. Incorpora el concepto de trabajo
a la idea de poema. Este trabajo tendrá
Aristóteles / Horacio, (2003). Artes Poéticas Ma-
drid, España. Visor Libros. Edición y traducción
de Aníbal González (Fragmento 410), (p.181)
11
Canto lírico destinado a la alabanza de un atleta
vencedor en los Juegos Olímpicos o en otros certá-
menes panhelénicos como los Juegos Píticos.
10
incidencia en dos niveles: en el poeta quien
siguiendo una disciplina y un método deberá
trabajar para cualificarse en el oficio. Y en
el poema que ahora es susceptible de ser
revisado las veces que sean necesarias hasta
alcanzar la versión más perfecta posible.
En lo que respecta al poeta Rilke con-
sidera que son tres los puntos principales a
trabajar: los ojos, que deberán recibir una
educación visual la cual les permita llegar a
“mirar sintiendo”; la memoria que fungirá a
manera de banco de datos cuya aplicación le
permitirá al texto tener vida propia —otro
punto de encuentro con Simónides quien
es considerado uno de los padres de la
mnemotecnia—; y las manos, que deberán
llegar a tener tal pericia en lo que hacen que
parecerá que trabajan solas.
3. Implica la posibilidad de aprendizaje
del oficio. A la luz de la idea de que el arte
es un camino en el que se puede percibir la
tutela de los antepasados, no resulta extraño
suponer entonces la posibilidad de reconoer
la existencia de grandes maestros en el oficio
a quienes, en la medida en que le resulte
necesario a cada individuo, se pueda recurrir
en los momentos de desorientación. Estos
“maestros poderosos”, como los llamará en
una carta a Rodin Rilke, no deben injerir
en el trabajo de quien se les acerca pidiendo
consejo sino que deben ser capaces de con-
vertirse en ejemplo de vida.
1899, el año del Corneta, será también el
año en el que culmina la gran Metamorfosis
de Rilke.
El proceso inició en 1897 cuando el poe-
ta, en compañía de Lou Andreas-Salomé,
realizará el que podemos considerar su
viaje iniciatico. Luego de los dos meses que
r e v i s t a r e v i s t a