Revista Casa Silva Nos. 30 - 31 R.CasaSilva 30-31 completa | Page 142

Carto gr a fí a Pa de b lo los Montoya e s pe j os Pe d ro A l e jo G ó m e z “Escribir por Pedro Alejo Gómez bien es pen- sar bien, y, a la vez, percibir bien y decir bien…” dijo George-Louis Leclerc, Conde de Buffon en el discurso que sobre el estilo pronunció el 25 de Agosto de 1753 con ocasión de su ingreso a la Academia Francesa. Para pensar bien hay, primero, que per- cibir bien. Ello solo lo alcanza quien observa paciente y desprevenidamente. 30 largos años hay consignados en la escri- tura de Terceto en el que Pablo Montoya reúne tres libros “hermanos” según él: Viajeros, Tra- zos, dedicado a pintores y Programa de mano, que viene de sus años de músico. Casi 300 retratos de personajes de la historia, reales o ficticios, hay allí reunidos. El catálogo de los nombres es, a su vez, un autorretrato del au- tor. Sabemos que quien escoge confiesa. Esos retratos son todos ajenos a teorías, vienen de una paciente y desprevenida ob- servación. Por ello los personajes retratados conservan su libertad y su ser. A veces están hechos con unos pocos renglones. Ninguno alcanza dos páginas. La brevedad es su signo. A fin de cuentas todo transcurre como un súbito relámpago sobre la noche eterna. Ese fulgor aun visto muy remoto conserva el tamaño de su forma. De las vidas y los hechos queda apenas un sustrato irreductible, que no puede di- bujarse sino con cortas y centrales palabras. Solo la brevedad como un relámpago puede dar noticia exacta de ello. Hay una vertigi- nosa concisión en estos textos. Su lectura recuerda lo que decía Proust de la miniatura de Delft pintada a lo lejos por Vermeer. Hay en ella tal detalle que pue- den verse las partículas de la arena. Tal es su mínima inmensidad. Hay en el trabajo crí- tico de Pablo Montoya una aguda mirada y, por ello, ajena a malabaris- mos de interpretación y a teorías. Un Robinson cercano está escrito con un idioma transparente: es innecesario maquillar de teorías sus observa- ciones. Las observa- ciones certeras hacen innecesarias las teorías. Puedo decir esto mis- mo de otra manera, al sesgo: toda la vida he pensando que la dife- rencia entre un jardín inglés y un jardín fran- cés refleja inequívocamente la diferencia de las dos naciones: los ingleses observan, los franceses teorizan. II Solo quien ha visto bien puede pensar bien. El pensamiento es arquitectura. Una filigrana de orfebre hay en las mi- núsculas arquitecturas de Terceto. A esas r e v i s t a r e v i s t a  