Revista Casa Silva Nos. 30 - 31 R.CasaSilva 30-31 completa | Page 70
Carto gr a fí a de los e Poe
s pe ma
j os s
L u d i s ro A A
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Pe
l e jo o G d ó e m Vill
e z e na
Tenía unos magníficos ensayos sobre Góngora
y muchos apuntes (recogidos en libro)
sobre última novela norteamericana...
Aforismos, máximas, sentencias: Todo notable.
Y una novela que se calificó de difícil:
“La pena en esa ciudad”. Pero tampoco en la Argentina
le fue bien del todo: Demasiada cocaína (sino más)
noches en las milongas con pibes de mala catadura
y linda cara. Gentes oriundas de Beirut, de veras.
Veladas sin fin, días al revés, veranos
buscando extrañamente el calor de Santa Fe.
Idílicas y perversas escenas junto al Paraná, caudaloso.
“La vida es que todo se termina y no hay más.”
¿Por qué volver a España? Acá nada dejó. ¿Se sintió viejo?
¿Pensó que ya tenía bastante, que soportó
lo suficiente como para abandonar el boliche?
Yo lo recuerdo en el portal con una sonrisa
bajo el bigote mosquetero: “¿Estudias, perillán?”
“Perdona a la Fortuna que pone los vientos donde quiere”
“Perdóname a mí, que hice lo que pude, pero mal.”
“Es difícil, pero perdona al inundo que lo llena todo
de basura. Es difícil -recordaba- pero perdónalo todo,
perdona a los beatos y a los prepotentes también,
porque todos somos basura, innumerable basura...”
Busqué en más fuentes, en Internet también:
“Escritores gays argentinos: Baltasar Zaldívar.
Poemas veloces del chongo barbián”.
“Escritores españoles del exilio: Baltasar Zaldívar,
poeta y novelista exiliado tras la Guerra Civil,
afecto un tiempo al Partido Comunista de España.
Se suicidó en Madrid, por sobredosis de seconal y cocaína.
“Historia fie la novela contemporánea española:
Baltasar Zaldívar y la reivindicación de lo prohibido.”
Más adelante y dentro del mismo apartado:
“La hija de Baltasar Zaldívar, Dolores,
pide desde Oviedo que los restos de su padre
sean finalmente trasladados a Pravia.”
“Reeditan en el Principado La pena en esa ciudad.
Buena acogida del libro -una de las mejores
novelas de postguerra- pese a que el biógrafo del autor
(desmentido por la familia) resalta su adicción a la coca
y cuenta que regentó un burdel masculino en las afueras
de Santa Fe -Argentina-junto al río Paraná.
Lea “Los pibes del Paraná”, un cuento que censuraron
las autoridades argentinas de la época.”
Debo acordarme del señor Zaldívar...
El hombre del ático de mi casa, correcto, grandón, viril,
Silencioso, suicida: “¿Estudias, perillán?
Perdona, si puedes, no es fácil, pero perdónalo todo,
todo… Nosotros somos la basura.”
Fui al cementerio. Es un nicho muy sencillo
Alguien arrancó hace tiempo la cruz. Queda la señal.
“Baltasar Zaldívar. Pravia, 1914 – Madrid, 1996.”
No es fácil…. Nosotros somos la basura.
Exembajador
Fue hace mucho tiempo y el viejo era muy viejo.
Había sido embajador en Finlandia o en Hungría…
Íbamos por la noche a su departamento.
Todo era muy lujoso y pagaba bien. Quería compañía.
Aquella vez (muy tarde) le dijo a Jorge:
No tengas cuidado, no voy a tocarte. Lo demás,
ya no puedo. Sólo quiero (si te place) que te vayas
desnudando poco a poco, mientras hablamos,
y al final, acaso me dejes pasar la mano y poner un beso.
Nada más. La vejez (que es fea y seca) no puede ni quiere
más. No es bonita, ni noble, ni espléndida la vejez.
Es pobre, limitada, absurda. No se debería llegar a viejo.
Si llegas alguna vez, querido, acuérdate de mí.
Una noche hiciste mi milagro para un anciano
desesperado.
Le diste luz, porque no tenía luz. Y agua,
Aunque nada pudiese ya calmar aquella sed.
El viejo sólo quiere volver presente los recuerdos.
Sin vida, busca vida. Sin muerte, busca paz, dulzura.
r e v i s t a r e v i s t a