Revista Casa Silva Nos. 30 - 31 R.CasaSilva 30-31 completa | Page 104
E nr i que Sa n to s M o l a n o
Reverso de la foto
Si tenemos en cuenta que el papel de foto tiene
grabado al dorso “Ramón Corral Fotograf,
O’Really 66 Altos Habana”, podemos inferir que la
foto fue tomada en esta ciudad en algún momento
entre el 28 de enero de 1895 -fecha en que Martí
cumplió sus 42 años- y el 19 de mayo de ese mismo año,
cuando el Héroe Nacional de Cuba cayó en combate
en Dos Ríos, elementos que nos convidan a pensar
que estamos en presencia de una de las últimas fotos
tomadas al Apóstol.
Grabado en fotografia de Martí
Para los martianos esta imagen conlleva en sí un
júbilo inmenso, es Martí, nuestro Martí, de luto pero
de pie, a unos meses de morir por los ideales que
defendió toda su vida, los mismos que lo llevaron al
presidio en la adolescencia y por los cuales llevó
también luego el anillo con la palabra CUBA -que
se aprecia en la instantánea- fundido con el hierro
de esos grilletes que mellaron su piel, mas no su
voluntad. Su mirada, significativa en esta foto,
trasmite otra vez una transparencia y determinación
que va más allá de su propia vida, una coherencia
indisoluble con el ideario que nos dejó y que vive
también a más de un siglo de su muerte.
abandonado, pero se mantendrá siempre fiel
a su aprecio por las artes plásticas, de las que
llegaría a ser un crítico extraordinario, con
una permanente atención que mantendrá
hasta las proximidades de su muerte; y sobre
todo, en su gran capacidad para ‘pintar con
Presencia literaria de Martí en Colombia
la palabra’”. Esa gran capacidad de ‘pintar
con la palabra’ (una expresión acuñada por
el mismo Martí) fue lo que más admiración
causó en otro gran estilista, José Asunción
Silva. No es difícil localizar las semejanzas
de estilo modernista entre la prosa de Martí
y la de Silva, si bien es importante decir que,
siendo, ambos, anticipadores del modernis-
mo, sus escritos van más allá del denomi-
nado movimiento modernista, en el sentido
de que no se frenan en la expresión plástica,
como les ocurre a modernistas clásicos (el
mexicano Manuel Gutiérrez Nájera o el
nicaragüense Rubén Darío), sino que Martí
y Silva abarcan esferas filosóficas, políticas
y sociales y le dan forma a un pensamiento proteccionistas, señalados por aquellos como
fuerzas reaccionarias, ha generado una feno-
menal confusión ideológica que todavía hoy
persiste. No es del caso extenderme ahora
sobre ese asunto, pero sí acotaré, por ser
pertinente, que en su momento el contexto
de la lucha de los artesanos trabajadores era
la defensa de su labor, creadora de empleo
y de riqueza, contra una oligarquía radical
parasitaria de comerciantes importadores.
Los artículos de Martí, en los que la defensa
de los trabajadores es uno de sus soportes
ideológicos, atraen por consiguiente la sim-
patía del sector artesanal colombiano y de
los periódicos que respaldan la “regenera-
ción administrativa fundamental” propuesta impecable, viciado,
no obstante, por una
visión parroquial de
los acontecimientos.
Los artículos de Martí
crean un nuevo espec-
tro en el análisis perio-
dístico en Colombia.
El radical Diario
de Cundinamarca,
opositor de Núñez, da
cuenta en su edición
del 21 de junio de las
proporciones colosales
que ha asumido la emi-
gración europea hacia
revolucionario humanista.
Ese mismo año de 1882 se publica en
Nueva York el primer libro de versos de
Martí, Ismaelillo, inspirado por y dedicado a
su hijo de cuatro años, José Francisco Martí
Zayas Bazán. El Ismaelillo no se conocerá
en Colombia hasta cuatro años después. Más
adelante diré cómo y por qué.
El de 1882 es un año de quiebre en la
historia colombiana. La lucha sin cuartel
que habían sostenida desde la fundación
de la república entre librecambistas y pro-
teccionistas, ganada en principio por los
primeros con la Constitución de Rionegro
en 1863, que estableció una nación regida
por un máximo de libre cambio, dio un
giro hacia el proteccionismo con la elección
de Rafael Núñez en 1880, apoyada por los
artesanos que venían reclamando de medio
siglo atrás la protección del Estado para su
trabajo. La confrontación entre liberales ra-
dicales que se autoproclaman defensores de
la libertad, y los liberales y conservadores por Núñez; pero la calidad crítica y plástica
de la prosa renovadora de Martí también
se gana las simpatías de la prensa radical,
opuesta a Núñez.
La Reforma, diario nuñista, publica
en su edición del 23 de mayo de 1882 un
ensayo crítico de Martí titulado El Libro de
Bancroft. Se refiere al primer volumen de
la segunda serie de las investigaciones del
historiador y etnólogo estadounidense Hu-
bert H. Bancroft, acerca de las razas nativas.
La nueva serie, que se inicia en 1882, trata
sobre Historia de América Central. Martí
explica la esencia del volumen y controvierte
varias de las apreciaciones de Bancroft, sin
desconocer la importancia de su trabajo.
La publicación de ese texto les abre a los
escritores y periodistas colombianos una
ventana hacia el cosmopolitismo. Nuestra
prensa en el siglo XIX se caracteriza por su
precariedad en cuanto a recursos técnicos y
económicos, pero servida por plumas de ex-
celente calidad, que manejan un castellano los Estados Unidos; y en su número del 5
de julio complementa esa información con
un artículo de José martí, La inmigración
a los Estados Unidos, que señala cómo los
inmigrantes van a modelar, para bien o
para mal, el futuro de los Estados Unidos
de Norteamérica.
El poeta bogotano Roberto Macdouall,
a finales de 1883, en que la lucha política
entre proteccionistas y librecambistas libra
su batalla decisiva, publicó un extenso poema
titulado El joven Arturo, crítica moralista
contra la reforma educativa implantada por
los radicales en 1774, reforma que sin duda
constituye la obra más importante y perdu-
rable alcanzada por esa colectividad política
durante el régimen federal establecido en
1863. Básicamente la reforma radical había
despojado a la Iglesia Católica del monopolio
de la educación, entonces casi exclusivamente
religiosa, lo cual ocasionó dos guerras civiles
patrocinadas por la Iglesia, y una guerra lite-
raria que se dio a raíz de la publicación de El
r e v i s t a r e v i s t a