pues se trata, en última instancia, de coordinar el uso
y goces de los bienes y servicios que brindan el mar y
las zonas costeras, cuyos dueños son todos los ecua-
torianos, en beneficio de todos ellos, en un escenario
acostumbrado por siglos al beneficio individual, sin
la menor consideración de los intereses de los demás.