Revista Cantera CANTERA 9 | Page 9

* * Pecho rasgado de munición Constancia del azufre Te busco en el primer crujido en la primera gota de sangre que salta de tus labios Tengo una casa llena de níquel y asfalto casa atropellada                                    donde escucho aullidos donde están los santos           de mis santos              de mis santos y la violencia es asunto de ecos encuentro cruces y me siento río encuentro manchas disidentes que alzaron sus entrañas golpeados             contra el suelo acariciados             contra el suelo 190.788 grupos de esqueletos 190.788 amigos muertos de amigos muertos de amigos que gritan desde el cielo (o quién sabe desde dónde) que son música entrando por la sala 190.788 sonrisas deshechas que ya no son 190.788 tumbas y entierros y tierra y coronas de flores y rezos Los malos —se escucha sigo las huellas del concreto casi seco para buscarte Los malos —pronuncio limpio tu frente llena de sudor y me consigo Los Malos así se llama un país que tiene por isla tu nombre pecho rasgado de munición 252.073 gritos atrapados en la rendija de la tierra ondas amigos que no supieron rezar Por identidad tienes pequeño músculo cansado la voz que se perdió en el ruido la voz multiplicada que hace eco en la garganta Si te escribo es para que lo sepas eres más que el metal frío que te aguanta más que el precipicio asomado de las manos que te rompen Te pronuncio para que lo sepas niño muerto de país asomado en la venganza niño muerto de país Si aquí te nombro es porque estoy esperando que te salves. Tengo la constancia del azufre en la ranura de mis dientes el beso del forense que sólo ejerce oficio la voz del que soborna                                /   porque no creció Tengo tanto país escondido que no hay mar para lavarme la memoria no tengo punto, sutura y paraíso porque dicen que del polvo nacen las estrellas y somos polvo somos eso                        que se esconde en la ranura                        en la rendija tengo ciento noventa mil amigos muertos ciento noventa mil sonrisas sepultadas y mil personas más en las que debo creer. 9