REVISTA CANDÁS EN LA MEMORIA - Numero 7 Marzo 2019 REVISTA CANDÁS EN LA MEMORIA numero 7 Marzo 2019 | Page 14

LA EMIGRACIÓN SILENCIOSA QUE NO PUDO VOLVER MARIA DEL CARMÉN FERNÁNDEZ Miguel Angel Ponce de León Fernández (Hijo) Hijo del pintor Fidelio Ponce vive en la miseria Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald Agobiado por las carencias materiales y los actos de robo y violencia que florecen junto a su cuartucho habanero, el hijo del famoso pintor cubano Fidelio Ponce de León (1895-1949) está solicitando a las autoridades gubernamentales de la isla que le permitan al menos acceder a “un pequeño apartamento con los mínimos requeri- dos de habitabilidad’’. “Cedo mi casa, de más de 120 pies cuadrados, ubicada en uno de los más emblemáticos edifici- os de la Habana Vieja, Mercaderes #2, al lado de la Catedral [de La Habana] y frente al mar’’, es- cribió Miguel Angel Ponce de León en una carta abierta al historiador Eusebio Leal y al Ministro de Cultura, Abel Prieto. En la misiva, Ponce, de 56 años, agregó que su integridad física y su vida están en peligro, con- siderando recientes actos de agresión contra su persona protagonizados por delincuentes de la zona. La carta y otras denuncias de Ponce aparecen recogidas en su libro Crónicas desde La Habana, que acaba de aparecer en España bajo el sello editorial de Ars Millenii. El volumen, prologado por la novelista cubana Zoe Valdés, reúne más de 40 relatos periodísticos del autor, escritos entre mayo de 1999 y noviembre del 2000 como parte de su colaboración para la prensa indepen- diente en la isla. Ponce se describe a sí mismo como un cubano corriente, “homosexual y acérrimo individual- ista’’, que ha transitado los 40 años del régimen castrista “haciendo piruetas sobre la cuerda floja con tal de mantenerme independiente’’. “He pagado y aún sigo pagando por el precio de serlo’’, acotó el periodista. “Marginalidad, ham- bre y prisión me hicieron aullar como un lobo enfermo y solitario’’. Ponce reside actualmente en una casona de Mercaderes convertida desde hace años en cuar- tería. El lugar, conocido como el “solar de los intelectuales’’, colinda con el Seminario de San Carlos y San Ambrosio y figura entre los sitios patrimoniales del casco histórico de La Habana. Las crónicas de Ponce describen el sórdido am- biente habanero del llamado “período especial’’ y cuestionan “la terrible soledad que produce la atomización de la sociedad, inteligente planeada y llevada a efecto por nuestro gobierno’’. “Este libro sin concesiones habla de lo que ac- ontece detrás de la fachada turística que se ha erigido en la zona histórica de La Habana Vieja, donde imperan ahora las leyes del marginalismo rampante y la delincuencia’’, manifestó el crítico y promotor literario Alejandro Ríos. Ríos calificó Crónicas desde La Habana como “un testimonio inobjetable del descalabro cu- bano’’ y adelantó que estaría entre los títulos valorados para participar en la próxima Feria Internacional del Libro de Miami, fijada para noviembre. Ponce desmiente las versiones oficiales de que su padre muriera de hambre, y afirma que al fallecer Fidelio, en 1949, personas relevantes de la cultura cubana favorecieron que su viu- da --María del Carmen Fernández-- y su hijo vivieran con una atención digna, otorgándoles incluso una pensión. Según el testimonio, el gobierno castrista despo- jó a Fernández (fallecida en 1961) y a su hijo de la ayuda monetaria y de los cuadros de Fidelio, expropiados a precios míseros. “A mi madre, los ávidos demonios, que todo 14 lo hacen en bene- ficio del pueblo, le sacaron al final las obras de Fidelio, o sea nuestro patrimonio’’, escribe. Los cuadros de Fidelio Ponce se cotizan hasta en $100,000 en subastas internacionales.