Traqueteaba el jeep por el camino lastrado. Hace rato que veníamos
atravesando un paisaje altoandino intervenido. Pastos para ganado, sembríos
de papas y mucha cebolla. La neblina, el frío y el viento acompañaban.
Luego de repente en una curva, el paisaje cambió.
Era el mismo frío, la misma neblina y el mismo viento pero dominaba
el pajonal y los parches de bosque nativo del páramo.
Era un valle inmenso y al fondo una cascada.
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