En Manabí, unos amigos ecologistas me cuentan que en circuitos de 10 km a 80
km podemos pasar del bosque a la playa y de paso conocemos el proyecto Bio
cordillera de “El Bálsamo”, así que decidí acompañar a Marcelo para aventurarnos por la playa y experimentar el recorrido desde La Boca a Bahía de Caráquez.
Lo primero que te encuentras es con esa maravillosa vista de La Boca con manglar, aves, un mar
azul majestuoso; empiezan a pedalear los amigos, se sonríen, hacen bromas y la brisa marina
recorre tu cuerpo.
En el trayecto de 30 km (un viejo amigo ciclista dice que el secreto está en cogerle el ritmo porque
¡oxigeno hay de sobra!), se pueden apreciar los acantilados, piqueros, garzas, pelícanos, piedras
de colores, conchas de diferentes tamaños, alguna tortuga muerta que ahora sirve de alimento
a los gallinazos costeros, etc; este pedalear de ponto se convierte en una experiencia intima en
el que el ser humano y la naturaleza se conectan, tus pensamientos solo sirven para admirar la
belleza hipnótica del mar, ahora sonríes desde el alma.
Marcelo hace la respectiva parada con sus amigos, para hidratarse y comer mandarinas, comentar
lo que sienten y otros se indignan cuando ven una parte de montaña que está siendo deforestaba
para proyectos de construcción.
Seguimos con el recorrido, dándole al pedal, un amigo me va contando historias sobre los lugares
por los que pasamos, mientras tomo fotografías de los ciclistas y el entorno, pues él vivió en San
Jacinto cuando era pequeño y me hablaba de los manglares y los árboles y el bosque y la gente y
de los pescadores y de las travesuras y de la pesca y la comida.
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