Revista Caminantes 001 - Agosto 2014 | Page 53

repelente de insectos, mantener heladas y distribuir las infaltables cervezas. Así, mientras se pasaban los minutos, consumimos las hamburguesas preparadas para la ocasión y contamos historias alrededor de la fogata, entre estas las clásicas de terror, que en medio de ese silencio que de repente era interrumpido por un rugido de algún animal o gorgojeo de aves, hacía que estuvieras alerta de cualquier sombra generada por las llamas de la fogata. Muy temprano, al día siguiente, y después de haber tenido un reparador y profundo sueño, cada uno se fue levantando a cumplir con sus tareas, luego del desayuno que consistió en un sándwich con queso, jamón y tortilla de huevo acompañado de una taza de café pasado, empezamos a levantar el campamento. Una vez que todo estaba listo y limpio, tal cual lo encontramos,