A un poco más de 6 kilómetros de Jipijapa, Manabí, en la vía que conduce hacia
Puerto Cayo, se encuentra ubicada la Comunidad de Joá, muy conocida por sus
pozos de agua azufrada, donde es muy común observar familias enteras que
acuden, sobre todo los fines de semana, a darse un baño con esta agua, a la que
se le atribuye propiedades medicinales. Éstas provienen de las vertientes del
volcán inactivo Chocotete, que tiene una altura aproximada de 400 metros sobre
el nivel del mar.
Desde este punto me disponía, junto a varios
acompañantes, a recorrer algo más de 35 kilómetros de caminos sinuosos, pedregosos y
polvorientos, en esta época del año y fangosos
e inaccesibles en la temporada invernal, para
llegar a nuestro destino objetivo, la Comunidad
de Agua Blanca, en el Cantón Puerto López.
El “camino viejo”, con ese nombre se conocía
a esta ruta hace algo más de 30 años, que fue
la primera y única vez que la recorrí junto a
mi padre y hermanos, de aquella experiencia
recuerdo que parte del recorrido se lo hacía por
el lecho pedregoso de un río, que había mucho
polvo y que llegamos a Puerto Cayo, así que
prácticamente nos aventurábamos a una nueva experiencia, por así decirlo, ya que el aporte
de mis recuerdos no era muy significativo.
Siendo las 10h00 empezamos nuestro recorrido por un camino lleno de polvo, junto al que
serpenteaba el río Olina, que en verano baja
con poco caudal, a medida que avanzamos se
puede observar a ambos lados del camino el
bosque seco, característico de esta zona, y que
pese a que la mayor cantidad de sus especies
carecen de hojas en la época de verano o sequía, es un ecosistema complejo que alberga
muchas especies de aves y mamíferos. Luego
de haber recorrido 3 kilómetros, aproximadamente, y de habernos cruzado un par de veces
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con el río Olina, éste se desvía hacia la derecha
con rumbo hacia la Boca de Cayo, atravesando los cerros Loma Redonda, Las Colembras y
Sarnoso. Recorridos ya 5 kilómetros y adentrándonos en las estribaciones de la cordillera
Colón-Colonche, se deja ver la loma La Jacinta, con una altura aproximada de 515 msnm,
y, los primeros árboles de ceibos, que con sus
caprichosas formas y su color verde intenso
contrastan con el resto de la vegetación seca,
deleitándonos e impresionándonos con el gran
tamaño y diámetro de su tronco. Estos pasarían a ser nuestros compañeros de viaje por un
largo trecho.
Maravillados de tanta majestuosidad y entretenidos por los sonidos que emitían los pericos y
otras aves, mientras avanzábamos por un tramo de la vía, cubierta por 15 o 20 centímetros
de polvo -calculado por la profundidad de la
huella de las llantas- caímos en un bache, y
prácticamente quedamos a oscuras, sin entender que pasaba. En buena hora el motor no se
apagó y logramos avanzar unos metros hasta
ponernos a buen recaudo, al bajarnos todos del
vehículo y pasado el susto, nos agarró un ataPágina siguiente, en sentido de las manecillas del reloj: Comunera del sitio Las Peñas. Eras, en donde se siembran especies
de hierbas aromáticas y medicinales. Crías de chivos. Moradores se abastecen de agua desde fuentes naturales cercanas.