Revista Caminantes 001 - Agosto 2014 | Page 43

Ceibo en primera persona No es fácil ser un ceibo. Vivir en el bosque seco es un desafío. 8 meses sin agua. O mejor dicho con poca agua. Aquí solo llueve máximo cuatro meses. Por eso para subsistir en este ecosistema, algunos árboles hemos desarrollado algunas estrategias. Una de las principales es botar las hojas en la época seca. A veces puede parecer que estamos muertos, pero no es esa la idea. El propósito de eliminar las hojas es no perder agua. Nosotros transpiramos a través de las hojas. Entonces, al perderlas podemos conservar agua. Pero eso implica un problema porque las hojas son vitales para las plantas porque es en ellas donde se realiza la fotosíntesis, que en palabras sencillas, es el proceso mediante el cual las plantas transformamos la energía solar en alimento. Eso quiere decir, que mientras perdemos las hojas, no podemos crecer ni desarrollarnos normalmente porque no podemos producir nuestro alimento. Pero ahí es donde yo me diferencio de todos. ¿Han visto que tengo el tronco verde? Pues resulta que yo tengo clorofila en el tronco y por eso puedo hacer la fotosíntesis sin tener hojas. Entonces, mientras los demás sufren, yo sigo creciendo. Por eso soy uno de los árboles más altos y sobresalientes del bosque seco. Eso no es todo. También mi tronco es esponjoso. Eso me permite almacenar más agua que otros árboles. Como eso sucede, muchos animales quieren aprovecharse de ese recurso. Para evitar que me quiten el agua, cuando soy joven, tengo muchas espinas. A medida que voy creciendo y que mi corteza se fortalece, voy perdiendo las espinas. Esa es otra estrategia También quiero decir, y perdón si no soy modesto, que soy un árbol útil tanto para la naturaleza como para el ser humano. Mis ramas son un hábitat importante para algunas especies como las colembas que hacen nidos colgantes en mis ramas o como algunas plantas que me usan como soporte para crecer. Y para el ser humano soy importante porque produzco lana. Si, la lana de ceibo que antes era muy usada para hacer colchones y almohadas. Poco a poco se ha ido perdiendo la costumbre, pero en algunos sitios como Santa Elena o Manabí, la gente está volviendo a usar el material. También soy un árbol que atrae abejas. Y eso favorece a los apicultores, es decir a los que producen miel. Asi soy yo, el ceibo. Un gusto. 43