Revista Caminantes 001 - Agosto 2014 | Page 41

al año, solo por 15 días, sus flores rojizas dan paso a la mazorca que guarda semillas y filamentos parecidos al algodón, cubriendo sus largas y delgadas ramas de copos blancos, dejando una estela de esta fibra en el ambiente, sus semillas se esparcen con el viento y en viveros una de estas brota en cinco días y en seis meses está lista para ser trasplantada en su hábitat, el Bosque Seco, pueden llegar a medir hasta 40 metros de alto. Cronología del ceibo La manera de recordar la tierra, valga aquí la trillada frase, “que te vio nacer”, cuando ya no vives en ella, es evocar en tu memoria, lugares, comida, modismos, olores e imágenes que te transporten a ese entorno, revivir la emoción y el sentido de pertenencia te genera una sensación de calidez. Una de esas imágenes que me han acompañado desde que era niña y viajaba por las carreteras de la costa manabita, es la del ceibo, ese árbol gigante, verde y frondoso, que tiene caprichosas formas y transmite un misterio ancestral, cuando me entere que podían vivir hasta 400 años, tenía la certeza que muchos de ellos eran mudos testigos de nuestra historia y cómplices de ella. Su floración se da una vez Muchos alcanzamos a disfrutar de las bondades de su fruto, recuerdo cuando de niña dormía en la casa de mi abuela en un colchón de lana de ceibo, cuentan historiadores que los aborígenes elaboraban artículos similares con esta fibra y todavía podemos encontrar almohadas hechas de este material en algunos sitios de la provincia de Manabí. En el Ecuador los podemos encontrar en la provincia de Loja en los Bosques de Macará y Zapotillo, El Oro, Guayas y Manabí, en esta última es 41