Observar como las olas embaten con toda su
fuerza contra las rocas, aspirar y sentir la brisa
marina en tu rostro, es un evento de la naturaleza que te recarga el espíritu, te llena de vitalidad, de buena vibra y de energía. Esta es una
experiencia, que sin importar la edad que tengas, sentirás siempre la misma emoción, como
la primera vez que la viviste.
Luego de pasar por las playas Tortuga y Playita, disfrutando de su arena blanca, del vaivén
de las olas, de las extrañas formaciones rocosas, de los acantilados y de la vista de los islotes Sucre y Horno de Pan, llegamos a la playa
Los Frailes, que con dos kilómetros de extensión y una singular belleza cautiva a propios y
extraños. Mientras avanzas puedes observar la
gran cantidad de turistas extranjeros que han
encontrado en esta playa un paraíso y reflexionas sobre lo hermoso que es este país y que
muchas veces por la novelería y el esnobismo,
gastamos exorbitantes sumas de dinero tratando de vivir estas experiencias en otros lugares,
fuera de nuestro Ecuador. En fin, estas son experiencias y reflexiones de una caminante, que
no ha perdido la capacidad de asombrarse ante
la inmensidad de la naturaleza.
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RECOMENDACIONES
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